Vuelven cada Navidad y los recibimos con los brazos tan abiertos y con tantas ganas como a los familiares que viven lejos. Y es que estas fechas saben a dulce, al de los polvorones y los turrones, y sin ellos, no hay duda de que son mucho más sosas. La tradición está fuertemente arraigada y es que ya en el siglo XV se elaboraban estos dulces tan típicos. El motivo por el que solo se comen en estas fechas es el mismo que entonces: el elevado precio. Y es que sus materias primas, así como la larga elaboración, lo convierten en un producto exquisito, pero también caro. Por eso, al prepararlo en casa no solo nos ahorramos un dinero, también los cocinamos a nuestro gusto. Y es que este dulce cuenta con muchas variantes. Y más que puedes añadir dependiendo de tus propias preferencias. ¡Empezamos!

7 recetas de polvorones caseros

El clásico

Aunque te parezca aburrido y soso, apunta la receta porque de esta salen todas las demás. Estos ingredientes sirven para hacer 25 polvorones medianos.

Ingredientes

  • Medio kilo de harina de trigo (no tiene que ser de repostería ni de fuerza)
  • 125 g de almendras crudas o de harina de almendra. La ventaja de triturar las almendras en casa es que quedarán trocitos que enriquecen mucho el resultado final.
  • 150 g de manteca de cerdo (imprescindible que esté a temperatura ambiente para poder manejarla fácilmente y no esté dura)
  • 100 g de azúcar glass, reservando una parte para decorar. Es el que marca la diferencia y aromatiza el dulce. Es habitual añadir un poco canela o anís. E incluso se puede apostar por la vainilla.

Preparación

  1. El primer paso es mezclar la harina de trigo con la de almendra y tostarla en una sartén con cuidado para que no se queme.
  2. Después, cuando esté fría, se le añade la manteca, el azúcar y el aroma que se decida. Se amasa muy bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y se deja reposar al menos una hora.
  3. Toca sacar el rodillo y trabajar la masa hasta que tengamos un grosor de un centímetro y medio. Los tradicionales tienen forma ovalada, pero si tu corta pasta es redondo, valdrá igual. Una muestra más de que son caseros.
  4. Una vez dispuestos los dulces en la bandeja del horno y este precalentado a 180 grados, se introducen y se hornean una media hora.
  5. Cuando se enfríen solo hay que decorar con azúcar glass y disfrutar.
Dolços nadalencs
Dolços nadalencs

Sin azúcar

Teniendo presente la receta clásica, se pueden ir aplicando algunas modificaciones para ajustarlo a tu gusto. En caso de querer reducir el azúcar, solo hay que sustituirlo por unos dátiles que se pueden triturar al igual que las almendras. Para decorar se pueden reservar unas almendras picadas y unas cucharadas de canela.

De limón

Son más refrescantes y da la sensación de ser incluso más ligeros. El cambio es sencillo: a la masa se le añade un poco de ralladura de limón. El aroma es inconfundible.

Con chocolate

Para los más golosos hay dos opciones. Se puede añadir un poco de cacao en polvo a la masa o cubrirlos de chocolate una vez terminados. Para ello solo hay que sumergirlos en un preparado de chocolate para repostería y dejarlos secar unas horas.

Al prepararlo en casa no solo nos ahorramos un dinero, también los cocinamos a nuestro gusto

De nuez

También llamados mexicanos, sustituyen varios ingredientes, pero la elaboración es la misma. El cambio más significativo es que cambian la almendra por nuez (con dos tazas de nueces molidas es suficiente), pero también dejan de lado la manteca de cerdo para usar margarina y como aroma siempre se decantan por la vainilla (con tres cucharaditas de extracto de vainilla es suficiente para esta receta.)

De yema

En esta versión no solo cambia su sabor, también la textura. Y prepararlos es tan sencillos como añadir cuatro yemas de huevo a la mezcla antes de empezar a amasar. En este caso también combina mejor la vainilla frente a otros aromas.

Vegano  

Las tradiciones se adaptan a los gustos y, como no, los polvorones pueden cumplir los requisitos de las personas que quieren llevar una dieta vegana. El cambio es sencillo: nos olvidamos de la manteca animal y añadimos aceite de oliva.

¿Con cuál te quedas? Sí, yo también respondería que uno de cada.