El olor a fritanga es uno de los más persistentes y molestos en la cocina, impregnando cortinas, ropa y paredes. La buena noticia es que no tienes que renunciar a tus alimentos favoritos para evitar este problema. Muchas recetas que tradicionalmente se preparan fritas pueden adaptarse al horno, logrando resultados deliciosos, más saludables y sin malos olores. Estos cuatro alimentos son ideales para hornear en lugar de freír.

Cocina estos alimentos al horno

Patatas fritas

Las patatas son un clásico en cualquier cocina, pero freírlas puede generar humo y olores intensos. Para evitar esto, puedes hacerlas al horno. Basta con cortar las patatas en bastones, mezclarlas con una pequeña cantidad de aceite de oliva y tus especias favoritas, y hornearlas a 200 °C hasta que estén doradas y crujientes. La textura será similar a las fritas, pero con menos grasa y sin saturar tu casa con olores desagradables.

Patatas fritas al horno / Foto: Unsplash

Croquetas

Las croquetas caseras son deliciosas, pero freírlas puede ser engorroso. En su lugar, prepáralas al horno para un resultado crujiente por fuera y cremoso por dentro. Coloca las croquetas en una bandeja con papel de horno, rocíalas con un poco de aceite en aerosol y hornéalas a 180 °C durante 15-20 minutos. Este método reduce la cantidad de aceite y elimina el olor persistente del aceite caliente.

Las patatas son un clásico en cualquier cocina y se pueden preparar al horno

Nuggets de pollo

Los nuggets, tan populares entre niños y adultos, se pueden hacer perfectamente al horno. Empana los trozos de pollo con pan rallado o panko, colócalos en una bandeja y hornéalos a 200 °C durante 20 minutos, girándolos a la mitad del tiempo. Quedarán dorados y sabrosos, sin la necesidad de freírlos.

Nuggets al horno / Foto: Unsplash

Pescado empanado

Freír pescado es sinónimo de una casa llena de olores fuertes. Sin embargo, hornearlo es una excelente alternativa. Prepara el pescado con tu empanado favorito, colócalo sobre una rejilla para que quede crujiente por todos lados y hornéalo a 200 °C durante 15-20 minutos. Este método no solo elimina el olor, sino que también es más saludable.

Además de optar por el horno, puedes usar ventilación adecuada, como una campana extractora potente o abrir las ventanas mientras cocinas. Colocar un recipiente con vinagre o bicarbonato de sodio en la cocina también ayuda a neutralizar los olores. Cocinar al horno no solo es una forma de evitar el olor a fritanga, sino que también mejora la calidad nutricional de tus comidas y facilita la limpieza de la cocina. Una opción práctica, deliciosa y libre de olores molestos.