Es tiempo de alcachofas, una hortaliza que nos aporta proteínas e hidratos de carbono en los días más fríos del invierno. También es conocida por sus propiedades detox, que ayudan a nuestro cuerpo a eliminar todo aquello que no necesita. Es muy habitual estos días ver las fruterías de las ciudades llenas de alcachofas. Por todo eso, recomendamos que incorpores este producto de temporada en tu dieta. Puedes hacerlo de muchas maneras, ya que la alcachofa es un alimento muy versátil que queda bien con casi todo. A la hora de cocerlas puedes hacerlo de tres maneras diferentes: al microondas, al horno o hervidas. A continuación, te explicamos la diferencia y cuál es la más adecuada para ti.
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¿Qué tienes que hacer antes de cocer las alcachofas?
La alcachofa es un alimento muy versátil en la cocina que nos permite preparar platos deliciosos en pocos minutos. La base siempre es pelarlas bien para quedarse con los corazones. Aunque es conveniente saber que toda la alcachofa es comestible, hay que mencionar que las hojas exteriores son demasiado fibrosas y pueden resultar muy desagradables al gusto. Por eso, es importante seguir unos pasos previos antes de cocerlas: primero de todo, cortamos el tronco. A continuación, y de forma opcional, la punta, dejando la alcachofa recta por la parte de arriba. Por último, sacamos unas cuantas hojas del exterior, hasta que empiecen a cambiar de color. ¡Ahora sí! Ya las tenemos a punto para cocerlas al microondas, al horno, o hervidas.
Alcachofas al microondas, la manera más rápida
Aunque el microondas se utiliza principalmente para calentar y descongelar, a menudo se convierte en una buena manera de cocinar alimentos en menos tiempo y respetando sus propiedades. Cocinar alcachofas en el microondas es muy fácil y rápido: es suficiente con 15 minutos para tener esta hortaliza en la mesa preparada para comer. Antes de cocerlas, se tienen que abrir las hojas un poco para aliñarlas con una pizca de pimienta, sal y un chorro de aceite de oliva. Ahora sí, pon las alcachofas en una bandeja de cristal un poco alta y apta para microondas, y añade un poco de agua para que aporte humedad, genere vapor y queden unas alcachofas más jugosas. Cocínalas durante 15 minutos a máxima potencia (800 - 1.000 vatios). Si son pequeñas, pon algunos minutos menos. Cuando estén, retira el agua que haya sobrado de la fuente y ya las puedes disfrutar. ¡Buen provecho!
Alcachofas al horno, como si estuvieran a la brasa
No hay ninguna otra forma más sabrosa de cocinar unas alcachofas que con la opción más tradicional: al horno. El resultado es parecido a hechas a la brasa: las hojas quedan crujientes, mientras que el interior esconde un corazón blando y jugoso. Su procedimiento es muy fácil: primero de todo, se tienen que abrir las hojas de las alcachofas para aliñarlas con una pizca de pimienta, sal y un chorro de aceite de oliva. Después, se envuelven con papel de plata una por una y se van colocando en una bandeja de cristal apta para el horno. Ahora, solo hace falta introducirlas y dejarlas durante 50 minutos a 200 grados. Antes de sacarlas, asegúrate de que su corazón está blando pinchándolas con un cuchillo. Ya las tienes listas para comer. ¡Con un poco de mayonesa están buenísimas!
Alcachofas hervidas, para que queden bien blandas
Si lo que buscas es que la alcachofa te quede tan blanda como sea posible, hervida es la mejor opción. En tan solo 25 minutos tendrás preparada esta hortaliza, perfecta para acompañar platos y darles un toque de color y sabor delicioso. En este caso, no hace falta que las aliñemos previamente, ya que salaremos el agua con que las herviremos. Lo que sí que es necesario es cortar la parte de encima de las hojas hacia la mitad de la alcachofa. Así se harán antes y quedarán mucho mejor. Una vez las tengas, las tienes que poner inmediatamente en un cuenco con agua fría y perejil para que no se pongan negras. Cuando el agua de la cazuela haya hervido, ya las pueden cocer durante 25 minutos hasta que queden bien blandas. Lo sabrás pinchando su corazón. ¡Ya las tienes a punto para comer!