El licopeno es un carotenoide, un tipo de pigmento vegetal que da a los tomates su característico color rojo intenso. Este compuesto ha sido ampliamente estudiado por sus beneficios para la salud, especialmente por su potencial para proteger la piel durante el verano. La exposición al sol y los efectos de los rayos ultravioleta (UV) pueden causar daño significativo a la piel, provocando quemaduras, envejecimiento prematuro y aumentando el riesgo de cáncer de piel. Aquí es donde el licopeno entra en juego como un protector natural.

El licopeno: el alimento que protege la piel

Una de las propiedades más destacadas del licopeno es su capacidad antioxidante. Los antioxidantes son sustancias que neutralizan los radicales libres, moléculas inestables que se generan en la piel tras la exposición a la radiación UV. Estos radicales libres pueden dañar las células de la piel, alterando el ADN y acelerando el proceso de envejecimiento. El licopeno, al ser un potente antioxidante, ayuda a proteger las células de la piel de estos daños, reduciendo el estrés oxidativo y previniendo el envejecimiento prematuro.

Tomates al natural / Foto: Unsplash

Además de sus propiedades antioxidantes, el licopeno también posee características antiinflamatorias. La exposición al sol no solo daña las células de la piel, sino que también provoca una respuesta inflamatoria que puede manifestarse como enrojecimiento, hinchazón y dolor. Al consumir licopeno, se puede reducir esta inflamación, aliviando así algunos de los síntomas más comunes de las quemaduras solares.

El licopeno no debe considerarse un sustituto del protector solar

La protección solar del licopeno también se debe a su capacidad para mejorar la estructura de la piel. Diferentes estudios han demostrado que el consumo regular de licopeno puede aumentar la densidad y el grosor de la piel, fortaleciendo su barrera natural contra los rayos UV. Una piel más gruesa y densa es menos susceptible a los daños provocados por el sol, actuando como una defensa física adicional. El licopeno se encuentra en altas concentraciones en los tomates, pero su biodisponibilidad —es decir, la cantidad que el cuerpo puede absorber y utilizar— aumenta significativamente cuando los tomates son cocinados. Esto significa que consumir tomates en forma de salsa, sopas o incluso jugo de tomate puede ser más beneficioso que consumirlos crudos. Además, el licopeno es liposoluble, lo que significa que se absorbe mejor en presencia de grasas, por lo que consumirlo junto con un poco de aceite de oliva puede aumentar aún más su eficacia.

Existen múltiples variedades de tomate / Foto: Unsplash

Es importante mencionar que, aunque el licopeno puede ofrecer una protección adicional contra los daños solares, no debe considerarse un sustituto del protector solar. La aplicación de protector solar sigue siendo esencial para proteger la piel de la radiación UV. El licopeno, sin embargo, puede actuar como un complemento, fortaleciendo las defensas naturales del cuerpo contra los efectos dañinos del sol.