Las zonas geográficas donde se producen y/o se elaboran los productos con DOP e IGP son de dimensiones muy dispares. La más pequeña está formada por solo un municipio (se trata de la IGP Torró d'Agramunt) y, en cambio, la mayor abarca todo el territorio de Catalunya, es la IGP Pa de Pagès Català. Entre estos dos casos extremos se sitúan todas las otras, que son fundamentalmente de productos muy locales producidos en un área geográfica formada por municipios pertenecientes a una o dos comarcas, en el 55% de los casos, y únicamente el 18% de las DOP-IGP abarcan más de 6 comarcas. A continuación, las IGP más pequeña y mayor de Catalunya con detalle.
Pa de Pagès Català (IGP)
El Pa de Pagès, elemento imprescindible en la gastronomía catalana, es la especialidad más representativa de la forneria de nuestra casa. Generación tras generación, los panaderos han conservado fielmente la manera de elaborarlo. Como, por ejemplo, el control de la cocción y el papel que juega la adición de vapor que acaba de definir el aspecto visual de la corteza. Este tipo de producto consiste en un pan tradicional de fermentación larga, aspecto rústico, redondo, costra de color tostado, gruesa y crujiente, y miga tierna con alveolado grande. El formato se realiza de forma manual. Es un pan de gran aroma y sabor, con cierta acidez, que mantiene la sensación de frescor y una textura agradable pasadas 8 o 9 horas. Se elabora y se distribuye por todas las panaderías de Catalunya.
Las formas de hacer este tipo de pan en Barcelona se reprodujeron en otras ciudades del país, y la denominación del Pa de Pagès y la forma de hacerlo se extendió como una mancha de aceite por todo Catalunya. Al cabo y el fin, era el pan tradicional que habían conocido generaciones de catalanes, pero ahora con un nombre genérico: el Pan de Campesino. Quizás no demasiado conscientes, los panaderos y sus consumidores diferenciaron así el pan que entonces ya era el común (la barra) con otro que cualitativamente era mejor y se relacionaba con el mundo tradicional que todo el mundo percibía que se iba pierden: el pueblo, la vida de pueblo y todo lo que eso comportaba. Por todo ello es fácil compeler porque el Pa de Pagès ha mantenido su nombre desde hace más de un siglo. Con la IGP Pa de Pagès Català los consumidores actuales tienen garantizado que este tipo de pan seguirá siendo un producto de elaboración artesana, hecho con harinas de calidad y masas madres; y formado con las propias manos de los panaderos artesanos del país.
Torró d'Agramunt (IGP)
La actividad de hacer turrones de Agramunt está documentada desde finales de los siglo XVIII, hecho que indica que en aquellos momentos ya era una tradición. Es difícil establecer las fechas más antiguas a causa de la destrucción de los archivos de la villa durante la Guerra del francés. Es por este motivo que se dice que la tradición turronera de Agramunt es de origen desconocido. Este producto se define como unos turrones de avellanas o almendras con los frutos secos enteros. Les caracteriza la textura irregular, tosca, con porosidades y de pasta dura pero que se rompe sin esfuerzo. El más típico y tradicional de los turrones de Agramunt es el de avellanas. Se puede encontrar en la tan característica forma de tableta redonda, pero también en porciones rectangulares.
Actualmente el proceso que se sigue en la elaboración del Torró d'Agramunt sigue siendo artesano y tal como lo llevaban a cabo los antiguos turroneros, pero las herramientas y los medios utilizados en su elaboración se han adaptado a nuestros tiempos para poder seguir ofreciendo el Torró d'Agramunt. La zona donde se elabora este alimento pertenece exclusivamente en Agramunt, a la comarca del Urgell. Así pues, es la DOP y/o IGP más pequeña del país.