En la cocina, es común cometer errores que llevan al despilfarro alimentario. Uno de los principales malos usos es tirar ingredientes que todavía pueden ser aprovechados. Por ejemplo, se rechazan caparazones de vegetales y huesos que podrían servir para hacer vinos nutritivos o caldos. Además, frutas y verduras ligeramente pasadas se descartan en lugar de utilizarlas en sopas o batidos. Estos hábitos no solo desperdician alimentos, sino también los recursos utilizados para producirlos. Adoptar una mentalidad más creativa y consciente al cocinar puede reducir significativamente el despilfarro y contribuir a una gestión más sostenible de los recursos alimentarios. Uno de los casos más desconocidos con respecto al hecho de tirar alimentos muy valiosos es el del aquafaba. Te explicamos una forma muy inteligente de dar-le un uso de utilidad: te sorprenderá!

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El ingrediente que desperdiciamos en nuestras recetas

Este producto es el líquido resultante de la cocción de legumbres, especialmente garbanzos. Su nombre proviene del latín: "aqua" (agua) y "faba" (frijol). El aquafaba tiene la capacidad de emulsionar, espesar y formar espuma, cosa que lo convierte en un sustituto popular del huevo en varias recetas, especialmente en la cocina vegana. A continuación, repasamos algunas características del aquafaba.

El aquafaba es el líquido resultante de la cocción de legumbres, especialmente garbanzos

En primer lugar, la textura y propiedades culinarias. El aquafaba se puede batir hasta alcanzar una consistencia similar en la de las claras de huevo batidas, cosa que lo hace ideal para recetas como merengues, mousse, mayonesa, y otros productos horneados. La versatilidad, es decir, se puede utilizar tanto en preparaciones dulces como saladas. Se suele utilizar una proporción de 3 cucharadas de aquafaba como equivalente a una clara de huevo y 2 cucharadas como equivalente a una yema de huevo. Por último, aunque cualquier legumbre cocida produce aquafaba, el líquido de los garbanzos es el más por lo común utilizado a causa de su consistencia y sabor neutro.

El movimiento empezó de verdad a dirigirse hacia una posible esperanza en el 2010, cuando se fueron dando pequeños pasos en la dirección correcta gracias a los experimentos compartidos por blogueros y usuarios de foros. El agua de cocción de los garbanzos entró en escena, hasta que un ingeniero de softwares de los Estados Unidos llamado Goose Wohlt descubrió que por sí mismo se podía utilizar como si fuera huevo, sin tener que añadir nada más. De esta manera, la aquafaba es valorada no solo porque es una alternativa a los productos animales, sino también para aprovechar un subproducto que normalmente se descarta, contribuyendo así a una cocina más sostenible y económica. Al fin y al cabo, es revolucionario no solo por las posibilidades culinarias que nos abre, sino porque es un producto que cualquiera puede tener en casa, fácil de obtener y muy barato.