La receta más antigua conocida por la humanidad es la de la cerveza sumeria, documentada en una tablilla de arcilla datada en el año 3900 a.C. Esta tablilla fue descubierta en la región de Mesopotamia, actual Irak, y proporciona no solo una receta, sino también un vistazo a la cultura y tradiciones de una de las primeras civilizaciones.

Una receta antigua y llena de sabor

La preparación de la cerveza sumeria comenzaba con la recolección de los ingredientes básicos: cebada, agua y miel. La cebada era uno de los cultivos más importantes de la región, y se utilizaba tanto en la alimentación como en la producción de bebidas. La cebada se dejaba germinar en agua, un proceso conocido como malteado, para convertir sus almidones en azúcares fermentables. Este proceso de germinación se detenía secando la cebada al sol.

Cerveza, una bebida más que clásica / Foto: Unsplash

Una vez malteada, la cebada se molía y se mezclaba con agua caliente para crear una especie de puré o mosto. Este mosto se dejaba reposar para que las enzimas naturales de la cebada continuaran descomponiendo los almidones en azúcares. Este líquido azucarado era crucial para el proceso de fermentación que vendría después. El siguiente paso en la elaboración de la cerveza sumeria era la fermentación. Los sumerios utilizaban levaduras naturales presentes en el aire para fermentar el mosto. Esta fermentación se llevaba a cabo en grandes tinajas de barro, las cuales se mantenían en lugares frescos y oscuros para controlar mejor la temperatura. Durante este proceso, los azúcares del mosto se convertían en alcohol y dióxido de carbono, creando una bebida alcohólica espumosa.

La miel ya era muy usada por los sumerios / Foto: Unsplash

Para mejorar el sabor y la estabilidad de la cerveza, los sumerios también añadían miel y algunas veces hierbas aromáticas. La miel no solo aportaba dulzor, sino que también actuaba como conservante natural, prolongando la vida útil de la cerveza.

Los sumerios también añadían miel y algunas veces hierbas aromáticas a la cerveza

Una vez completada la fermentación, la cerveza se filtraba para eliminar restos de cebada y otros sedimentos. Este proceso de filtrado se hacía con la ayuda de mallas de tela o cestas de juncos. La cerveza resultante era una bebida turbia y de color oscuro, con un sabor probablemente bastante diferente al de las cervezas modernas. La cerveza no solo era una bebida popular entre los sumerios, sino que también jugaba un papel importante en sus rituales religiosos y sociales. Se consideraba un regalo de los dioses y se utilizaba en ceremonias y festivales. Además, la cerveza era una parte integral de la dieta diaria de los sumerios, proporcionando nutrientes esenciales y un medio seguro de hidratación.

Como ves, la receta más antigua de la historia nos lleva a la antigua Mesopotamia, donde la cerveza sumeria se elaboraba mediante un proceso de malteado, fermentación y filtrado, utilizando ingredientes simples pero efectivos. Este arte ancestral no solo nos conecta con los primeros momentos de la civilización, sino que también nos muestra la importancia cultural y social de la cerveza en las sociedades antiguas.