El pez globo es uno de los alimentos más venenosos del mundo. Paradójicamente, en países como Japón, también se lo considera una auténtica delicatessen. Pero para conseguir convertir un producto mortífero en un plato de lujo, conviene tener profesionales formados y autorizados para trabajar con total seguridad con el producto. Es el caso de Karin Tabira, una niña de solo 10 años que ha conseguido la autorización para cortar el pez globo, convirtiéndose así en la persona más joven del mundo a obtener la licencia.
Un pescado mortífero
El pez globo, también conocido como fugu, es un pez muy venenoso que contiene una neurotoxina mil veces más potente que el cianuro. No se trata solo de un subproducto que pueda irritar la piel o causar una indigestión; se trata de un veneno capaz de matar fácilmente a una persona adulta. Una pequeña dosis de veneno puede paralizar los músculos del individuo y provocar una muerte por asfixia. Además, no existe ningún antídoto contra la toxina.
Con la ayuda de sus herramientas -entre las cuales hay un martillo para ayudarse a atravesar las duras espinas del pescado con el cuchillo-, Karin y el resto de aspirantes tuvieron que limpiar cuidadosamente un ejemplar de fugu en menos de 20 minutos
Para trabajar con productos como este, hay que saber muy bien cómo trabajar el pescado. Es por eso que Japón controla minuciosamente quién puede manipular el fugu que se utiliza para el consumo humano. Para hacerlo, hay que haber pasado un examen que otorga la licencia de manipulación de este pescado. Diferentes prefecturas en el país llevan a cabo esta prueba, pero cada una con ciertas condiciones diferentes. En Kumamoto, lugar donde vive Karin Tabira, la niña de 10 años que ha obtenido el permiso, las personas no se pueden presentar a la prueba hasta que no tengan 20 años. En Yamaguchi, sin embargo, no hay edad mínima para hacer el examen y eso ha permitido a Karin sacarse el permiso a la prematura edad de solo 10 años y a la primera.
Un examen riguroso
Para poder hacer la prueba, Karin Tabira tuvo que subirse a una tarima para poder trabajar con comodidad en el mostrador. Con la ayuda de sus herramientas -entre las cuales hay un martillo para ayudarse a atravesar las duras espinas del pescado con el cuchillo-, Karin y el resto de aspirantes tuvieron que limpiar cuidadosamente un ejemplar de fugu en menos de 20 minutos. Una vez limpio el pescado, los aspirantes tuvieron que servir un plato de sashimi al gobernador. Una vez terminado el trabajo y servido el plato de pescado, Karin recogió los utensilios para salir de la sala de examen con el título que la autoriza, a partir de ahora, a cortar y trabajar el fugu. Al menos en la prefectura de Yamaguchi, porque en Kumamoto, luga donde vive, tendrá que hacerlo bajo la supervisión de un adulto hasta que no cumpla los 20 años.