El Bar Marsella podrá mantener la actividad durante al menos 5 años más. El Ayuntamiento de Barcelona ha prorrogado el contrato de alquiler del bar más antiguo de Barcelona, abierto desde el año 1820 y catalogado como patrimonio arquitectónico, histórico, artístico y paisajístico. El cuarto teniente de alcalde y director del área de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, ha anunciado la decisión esta mañana en la Comisión de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior del Ayuntamiento de Barcelona.

Más de 200 años de historia

El Bar Marsella es el bar más antiguo de Barcelona. Un establecimiento con más de 200 años de historia -abierto desde 1820- que podrá mantener la actividad durante al menos 5 años más. Según ha anunciado el cuarto teniente de alcalde, Jordi Valls, el Ayuntamiento de Barcelona ha aceptado la prórroga que el arrendatario del local, José Lamiel Vallvé, ha solicitado. El precio actual del alquiler es de 927 € al mes y con esta decisión, el Bar Marsella se asegura 5 años de actividad en una ciudad de que cada día ve cerrar más locales centenarios.

Un bar de renombre

La decisión es importante porque asegura la supervivencia de un bar bicentenario en una ciudad en la que la tendencia es abrir nuevos locales vinculados a las modas gastronómicas y en la que las noticias de cierres están a la orden del día. Establecimientos como la pastelería Kessler Galimany o Sants Es Crema son algunos ejemplos. Sin embargo, el Bar Marsella no lo ha tenido fácil, ya que tuvo que hacer frente a la amenaza de desahucio en el 2013. El local estuvo a punto de cerrar para trasladarse a otra ubicación porque el propietario del edificio decidió no renovar el contrato.

La popularitat del bar i la importància per al barri on s'ubica (el Raval) va mobilitzar el veïnat, que va aconseguir recollir més de 10.000 firmes en contra del tancament del bar

Quería vender el edificio entero, con el espacio en el que se ubica el bar incluido. El Ayuntamiento de Barcelona intervino para comprar el edificio por 1,1 millones de euros, valor equivalente al precio de venta que pedía el propietario. La popularidad del bar y la importancia para el barrio en el que se ubica (el Raval) movilizó al vecindario, que logró recoger más de 10.000 firmas en contra del cierre del bar. Así pues, la nueva prórroga del contrato asegura 5 años de tranquilidad para un establecimiento que las ha visto de todos los colores. Una buena noticia para la gastronomía de Barcelona, y de Catalunya, que se desmarca de la tendencia negativa vista en la capital durante los últimos meses.