En la cocina de muchas casas suele haber un armario que se utiliza como almacén de productos que no se consumen a menudo. Unas palomitas, unas galletas o unos sobrecitos de té. Este último producto es susceptible de acabar caducando, especialmente si eres más de café y solo preparas infusiones un par de veces al año. ¿Sin embargo, qué pasa si el día que te quieres hacer un té, el sobrecito que coges está caducado? Estas son las consecuencias de consumir té caducado.

¿Qué pasa si tomas té caducado?

A diferencia de otros productos como la carne, la verdura o los yogures, el té es un producto que no caduca nunca. ¿Pero entonces, por qué lleva fecha de caducidad? El té es un producto no perecedero, es decir, que no se estropea. Podrías tomarte un té de diez años de antigüedad y no te tendría que pasar nada. El producto en sí no se estropea. La fecha de caducidad, en realidad, indica el tiempo que tiene que pasar antes que el té empiece a perder cualidades aromáticas y gustativas.

No es lo mismo prepararte uno con hierbas recién cogidas o compradas, que hacértelo con un sobre de un paquete de plástico que hace cuatro años que espera pacientemente en tu armario. De la misma manera que no es lo mismo una verdura fresca del huerto del vecino que una comprada envasada en plástico en el supermercado. La diferencia es que la verdura se estropea enseguida y te podría hacer daño al organismo y el té no.

La única consecuencia que tendría tomar té caducado es (no) disfrutar de una infusión insípida e inodora

Diferentes tipos de té

La única consecuencia que tendría tomar té caducado es (no) disfrutar de una infusión insípida e inodora. Como de deteriorado esté el producto dependerá de cómo se haya conservado, de cuánto de tiempo lleve "caducado" y de qué variedad de te se trate. Algunas de las más habituales en nuestra casa son:

  • Té verde: es uno de los más habituales. El té verde tiene propiedades diuréticas y muchos beneficios para la salud. Contiene antioxidantes y es ligero y con un sabor herbáceo.
  • Té negro: sabroso e intenso, es uno de los habituales para sustituir el café. Es perfecto para tomar a primera hora de la mañana y como su nombre indica, es de color negro marronáceo.
  • Té rojo: con un sabor terroso, el té rojo, es un derivado del té verde. Se cree que es fruto de la casualidad que se descubriera.
  • Té blanco: un tipo de té bastante exclusivo que se elabora con un proceso determinado único. Es ligero y de los que tiene los niveles más altos de antioxidantes.
  • Té azul: un té a medio camino entre el verde y el negro. Es un té moderado y destaca por ir bien para la digestión.