La próxima vez que te prepares una taza de menta poleo, conviene que pienses dos veces antes de introducir la bolsita en el agua hirviendo. El biólogo Dani Prieto, creador de contenido en Instagram como @bajo.elmicroscopio, vivió un momento de auténtico escalofrío al examinar una de estas bolsitas bajo el microscopio. Lo que esperaba encontrar eran diminutas fibras vegetales, quizá algún resto de tallo o nervio de la hoja, pero lo que descubrió fue muy distinto: pequeños ácaros que se habían instalado en el interior, aprovechando los recovecos del empaquetado para anidar y reproducirse. Aquel hallazgo, sorprendente y a la vez inquietante, no quedó ahí. La bolsita estaba completamente invadida por estos seres minúsculos, pero además mostraba signos claros de colonización por un hongo, cuyas hifas se depositaban entre las partículas de la planta seca.

La sorpresa desagradable en una bolsita de menta poleo

El verdadero peligro de este tipo de contaminación reside en las esporas que libera el hongo, microscópicas y capaces de dispersarse con el mero movimiento de la bolsita. Al verter agua caliente sobre ella, esas esporas pueden liberarse en el líquido y llegar a convertirse en micotoxinas, sustancias tóxicas producidas por ciertos hongos que, en última instancia, podrían perjudicar nuestra salud. Aunque muchas infusiones se elaboran pensando en sus propiedades digestivas o relajantes, una bolsita mal conservada, expuesta a la humedad o al calor, puede transformarse en un caldo de cultivo para estos indeseables habitantes.


Dani Prieto quiso aprovechar su descubrimiento para lanzar un mensaje muy claro a todos los aficionados a las infusiones: la forma de almacenar las bolsitas es tan importante como la calidad de la planta. Guardarlas en un lugar fresco, seco y bien cerrado, preferiblemente dentro de un recipiente hermético, reduce drásticamente el riesgo de proliferación de hongos y evita que los ácaros encuentren un refugio cómodo. Además, al mantenerlas alejadas de fuentes de humedad, garantizamos que la menta poleo conserve sus propiedades aromáticas y terapéuticas originales, sin mezclar su sabor con posibles sabores amargos o desagradables derivados de la descomposición microbiana.

Las infusiones deben conservarse en lugares frescos y secos / Foto: Unsplash
Las infusiones deben conservarse en lugares frescos y secos / Foto: Unsplash

Si bien los ácaros no suelen transmitir enfermedades graves al ser humano, aunque sí pueden provocar alergias en personas sensibles, la presencia de hongos y sus toxinas sí constituye un problema de salud real. Por eso, antes de disfrutar de tu próxima taza de menta poleo, asegúrate de que tus infusiones estén almacenadas correctamente y, si notas algún signo de humedad, es mejor desecharlas y reponer tu reserva. La investigación de Dani Prieto nos enseña que, a veces, un simple vistazo bajo el microscopio puede cambiar por completo la forma en que vemos hasta los detalles más cotidianos de nuestra despensa.