Parece que la receta de la pizza está clara, ya que se consume en todos los rincones del planeta desde hace unos cuantos años. Pero, como en todo, de la pizza también hay versiones. Y no solo hablamos de los ingredientes que añadimos en la parte superior, sino que las opciones empiezan desde la misma base. A modo de resumen podemos decir que existe tres tipos de masa.
Los 3 tipos de masa de pizza
En primer lugar, la masa fina. Es la más extendida en Europa y suele ser habitual en restaurantes italianos. Es mucho más crujiente y no suele presentar diferencia en los bordes. Después hay la masa clásica que es un punto más gruesa que la anterior por lo que es algo más esponjosa y sí que tiene bordes claros. Al ser más consistente admite más relleno que la de masa fina, que en cuanto te pasas con la salsa corre el riesgo de romperse. Y, por último, la masa gruesa. Es más habitual verla en pizzerías argentinas, de donde son muy típicas. En otros lugares la podrás encontrar como estilo Chicago o como pan pizza. Y es que esa masa es mucho más parecida al pan, tanto por su grosor como por ser más esponjosa.
¿Cómo afecta al sabor y cuál engorda menos?
Obviamente, la gruesa aporta mucho más sabor, por lo que la masa debe ser buena para que aporte algo positivo y no reste demasiado protagonismo al resto de ingredientes. Por otro lado, las que son muy finas aportan un punto crujiente. Realmente la pizza no está dentro de los alimentos prioritarios de ninguna dieta. Aun así, si apostamos por una de masa fina y cuidamos el resto de los ingredientes (dando prioridad a las verduras, por ejemplo) sí se puede lograr una pizza algo más light que una de masa gruesa, con doble de queso, pepperoni y bacón.
¿Cuál es la más tradicional y cuál es mejor?
A diferencia de lo que podamos creer, la pizza clásica italiana no es la de masa ultrafina. Debemos tener en cuenta que este plato nació con la idea de comerse en la calle, andado. Y, como buen plato callejero, cumplía el requisito de mantenerse para no ir perdiendo parte de sus ingredientes por el camino. Por eso, la original era algo más gruesa con la intención de poder comerse con las manos a la vez que recogía una buena cantidad de ingredientes. Hoy, ese recuerdo está más presente en las conocidas como pizza “al taglio”.
Por otro lado, hay la duda popular de cuál es la más fácil de hacer. Sin duda las que tienen la masa fina. En parte porque son más rápidas tanto en la fermentación de la masa como en la cocción en sí mismo. Las más gruesas necesitan más tiempo para que la masa suba (como el pan) y también más tiempo de horno.
Finalmente, la madre de todas las preguntas sobre las masas de las pizzas y es cuál es la mejor. Los grandes jueces de los campeonatos de pizza mundiales suelen decir que el 60% del éxito de una pizza está en la masa. Por lo tanto, esta definirá el resultado final. Pero, como todo en esta vida, la masa de la pizza también es cuestión de gustos o de fases, porque ya sabemos que hoy nos puede dar por la pizza de masa bien esponjosa y con una buena mezcla de quesos de calidad y mañana… pedir una de masa fina con piña.