Marzo inaugura oficialmente la mejor temporada del año para hacer calçotades. En febrero ya teníamos, pero ahora en marzo el frío se empieza a marchar y los fines de semana se convierten en oasis perfectos para disfrutar de este producto en familia o con los amigos. Hoy las chicas de Can Putades se van de calçotada para enseñarte todas las claves para organizar una calçotada como dios manda.
Can Putades se va de calçotada
El mejor sitio para hacer una calçotada es, indiscutiblemente, la torre de un amigo. La casa del pueblo con un solar o un patio donde cocinar con fuego los calçots que compres, o idealmente, que cultives. Y si no tienes ningún amigo con casa en el pueblo, quizás es que quien tiene que organizarlo y prepararlo todo, eres tú. Los ingredientes necesarios para una buena calçotada son:
- Calçots: básico, indispensable y absolutamente insustituible. ¿Lógico, verdad? Pero seguro que tienes algún conocido a quien no le gustan y que prefiere comer carne a la brasa. Hacedla, también, pero por muy evidente que parezca, no os olvidéis de los calçots.
- Romesco: o salsa de calçots, según cómo la hagas. Es un ingrediente casi tan importante como los calçots, ya que es la salsa que le da todo el sabor y a la cual también se puede mojar un buen trozo de pan.
Sea de amigos o de familiares, de compañeros de trabajo o de desconocidos, una calçotada sirve para disfrutar en grupo
- Bebida: en vez de poner 'vino', 'cerveza', 'refresco'... conviene que llevéis 'bebida', en general, la que más os guste. Refrescos para los más jóvenes, cervezas para los mayores y un porrón de vino para los más tradicionales. ¡La mejor manera de disfrutar la calçotada es ensuciándose las manos, y la camiseta!
- Un grupo: sea de amigos o de familiares, de compañeros de trabajo o de desconocidos, una calçotada sirve para disfrutar en grupo. Coge a tu grupo, decidís cuántos calçots comeréis y a disfrutar.
- Argumentos de sobremesa: qué mejor para acabar la calçotada que una buena sobremesa con discusiones sobre temas tanto trascendentales como irrelevantes. Lo mejor de una comida así son las conversaciones de después, con unos postres de músico y un porrón pequeño de moscatel -o un yogur, o pastel, o los postres que quieras....
Calçots en el restaurante
Si eres de los que no tiene amigos con casa en el pueblo, ni tú mismo tienes casa con patio, la alternativa para disfrutar de los calçots es ir a un restaurante. Son diversas las opciones para hacerlo: menús con platos que incluyen los calçots o lugares donde te los comes como en el pueblo, pero con un babero y guantes de plástico. Opciones que seguramente no son tan atractivas ni rurales, pero que te aportan lo mejor e imprescindible de las calçotades: calçots, romesco y buena compañía.