A caballo entre el Raval y Sant Antoni está la fábrica de cerveza más antigua de Barcelona. Se trata de la fábrica de Moritz, la primera cerveza que se elaboró en la ciudad y que ahora, más de 150 años después, continúa a primera línea de batalla. Si eres un amante de la cerveza y quieres descubrir nuevos sabores, puedes visitar este lugar único y disfrutar de una tarde con los amigos con esta degustación de cerveza.
Un espacio centenario
La fábrica de Moritz, ubicada en la ronda de Sant Antoni, es un espacio polifacético. Evidentemente, se hace cerveza, pero además de fábrica también es un restaurante, una tienda y un museo. Cuando pensamos en una fábrica todos nos imaginamos un gran edificio con chimeneas, humo y camiones, pero la de Moritz es todo lo contrario. Es un edificio más, camuflado entre la cotidianidad del barrio, pero que esconde un espacio único que vale la pena conocer.
En el interior, lo primero que te encuentras es la tienda de merchandising. Un pasillo lleno de artículos de la marca que conduce hasta la entrada del restaurante. El comedor es amplio, con las paredes y los techos de piedra que mantienen la estética original del local. Un estilo industrial, con el suelo de baldosa y muebles modernos, que captura la esencia de lo que se destila --de hecho, de lo que se fermenta-- en las entrañas de la fábrica.
Puedes maridarlo con la que más te guste, pero si no lo tienes muy claro o te apetece probar diferentes birras, puedes hacer una cata de hasta cuatro cervezas por un precio de 8 €
Diferentes tipos de cerveza
Al restaurante se puede ir a comer, a cenar o a tomar una cerveza. La oferta de comida es diversa y correcta, con tapas clásicas como la ensaladilla rusa o las croquetas, y platos más elaborados de arroz o de carne. La comida es correcta, pero lo más interesante de la comida en la fábrica son las cervezas. Puedes maridarlo con la que más te guste, pero si no lo tienes muy claro o te apetece probar diferentes birras, puedes hacer una cata de hasta cuatro cervezas por un precio de 8 €. Cada cerveza se sirve en un vaso de 12 cl, el equivalente a medio quinto.
En la cata se puede escoger entre cuatro de las seis cervezas que se elaboran en la fábrica: Moritz Original, Moritz 7, Moritz Epidor, Moritz Negra, Moritz Red IPA y la cerveza de temporada edición limitada, que actualmente es La Velo. Esta última es un homenaje al bar Velódromo (C/ Muntaner, 213) que cumple 90 años, uno de los únicos lugares donde se sirve La Velo, una cerveza fresca (es decir, sin pasterizar) y sin filtrar. Los otros locales donde podrás encontrar esta birra son la Fábrica Moritz y la Casa Moritz (rambla Catalunya, 79). Si no sabes qué cervezas escoger para la cata, pregunta a los camareros y te asesorarán en función de tus gustos. Una experiencia curiosa y divertida, perfecta para disfrutar una tarde con los amigos.