Vienes de echar una pachanga de fútbol con los amigos, terminaste tu sesión de crossfit o te has marcado 20 km en bicicleta y lo único que te apetece es una cerveza bien fresca. En el deporte, ya seas de los que se entrenan todo el año o bien de los que lo hacen de forma más puntual, lo más importante es la hidratación.

Cerveza / Fuente: Unsplash

Beber alcohol tras salir a correr, o tras hacer el ejercicio físico que nos plazca, suele ser algo muy común hoy en día. Esto no significa que cualquiera salga a entrenar y posteriormente decida tomarse un gin-tonic o similar, pero no son pocos los que toman una o más cervezas tras realizar ejercicio físico pensando que es buena opción, e incluso que puede ayudar a rehidratar el organismo igual que lo haría el agua.

Los estudios son polémicos y contradictorios

En este sentido, los estudios son polémicos y contradictorios. A esto debemos añadir otros perjuicios ligados al consumo de alcohol (peores si cabe en cuanto al deporte se refiere), como su elevado potencial calórico, sus daños en el sistema inmune o su impacto en el rendimiento deportivo general. 

Hidratación:

Aunque algunos estudios llegaron a asegurar en su momento que la cerveza rehidrata igual que el agua, otros trabajos más recientes afirman precisamente lo contrario: el porcentaje de alcohol que contiene una simple cerveza contrarresta su potencial rehidratante.

Alcohol y rendimiento deportivo:

Asimismo, debemos tener en cuenta el potencial negativo que puede tener el alcohol sobre el rendimiento deportivo.

Por un lado, se sabe que el alcohol afecta de forma negativa a la recuperación muscular tras la práctica de deporte, algo que aumentaría el riesgo de sufrir lesiones, como bien afirmó un estudio llevado a cabo por la Universidad de Massey en 2014. A esto hay que añadir que el alcohol también retrasa la cicatrización.

Rendimiento / Fuente: Unsplash

Alcohol y calorías:

Finalmente, tenemos un factor de sobra conocido tanto en el mundo del deporte como en la vida cotidiana: el alcohol engorda. Si bien es cierto que una sola cerveza apenas aporta unas 150 kcal de media, no sentiremos un impacto especialmente negativo en el peso corporal si nos la tomamos.

Sin embargo, esto no significa que el potencial calórico del alcohol en general sea bajo o desdeñable: por cada gramo de alcohol se consumen 7 calorías vacías, es decir, que carecen de nutrientes y se almacenarán directamente en forma de grasa corporal. En comparación, un gramo de carbohidratos o de proteínas representan 4 calorías, mientras que un gramo de grasa son 9 calorías; pero en todos estos casos, dichos macronutrientes sí tienen un objetivo en nuestro organismo. El alcohol, no.

Conclusiones de la relación de alcohol y deporte:

Como resumen final, podemos decir que:

  • El alcohol no ayuda a rehidratar el organismo, ni siquiera en forma de cerveza, sino que aumenta la deshidratación.

  • El alcohol empeora el rendimiento deportivo, evitando la recuperación muscular correcta y perjudicando el sueño y el descanso.

  • El alcohol tiene un gran potencial calórico, y también colabora en el consumo asociado de comidas de alta densidad calórica.

Dicho sea de paso, nada tomado al pie de la letra es beneficioso. Si te tomas una o dos cervezas tras una pachanga con tus amigos, no notarás apenas contraindicaciones, y tu salud mental lo agradecerá, lo cual también es importante. No obstante, es importante desterrar los mitos sobre alcohol y deporte.