En el barrio del Raval hay establecimientos míticos que han servido buena comida y buena bebida toda la vida. Uno de los más conocidos, situado en un porche de la plaza Vicenç Martorell, era un espacio con una terraza idílica que desde 1995 ha servido cervezas y platos a todo el mundo que se acercaba a tomar el sol y disfrutar de un buen rato en el centro de Barcelona. Pero la gentrificación del barrio y la subida de los precios del alquiler se han cobrado una nueva víctima, esta vez en forma de bar.

Nuevo cierre en Barcelona

Ubicado en el número 4 de la plaza de Vicenç Martorell, el bar Kasparo vivió su último servicio este pasado sábado. Después de 30 años de historia sirviendo buena comida y buena bebida en el corazón del Raval, el Kasparo se ha visto obligado a bajar la persiana a causa de la extinción de contrato de renta antigua con que había podido abrir los últimos años. El Kasparo no ha podido asumir el alquiler que tendría que haber pagado a partir de ahora y finalmente ha tenido que cerrar. Un cierre que se suma al de otros establecimientos de Barcelona que, ya sea por falta de relevo generacional, por falta de motivación o por otras razones, como el precio del alquiler, en este caso, han tenido que cerrar.

Marcel·lí Carrera y Elizabeth Triadó, el matrimonio que ha regentado el Kasparo y que ha tenido que tomar la difícil decisión de cerrar, mantenían la calidad de su oferta sin hinchar el precio

El Kasparo es una víctima más de la gentrificación del barrio del Raval. Los pisos turísticos y la expulsión de los vecinos de las casas donde han vivido siempre es la punta del iceberg de un problema que ahora ya afecta a negocios míticos como este. El Raval es el tercer barrio más caro con respecto al precio de alquiler del metro cuadrado, solo por detrás del Gótico y la Barceloneta.

Un establecimiento mítico

Durante 30 años, el Kasparo ha sido punto de encuentro de familias, amigos y visitantes en una plaza que es un oasis idílico justo en medio de la ciudad. Un espacio de peatones donde toca el sol en el cual podías tomar una cerveza por un precio inferior al de la mayoría de locales turísticos. La tendencia habitual de los locales del centro es la de subir precios y servir comidas y bebidas simples por un precio desorbitado. Marcel·lí Carrera y Elizabeth Triadó, el matrimonio que ha regentado el Kasparo y que ha tenido que tomar la difícil decisión de cerrar, mantenían la calidad de su oferta sin hinchar el precio por encima de lo que consideraban justo. El Kasparo era un sitio donde, además de cerveza, se podían tomar diferentes platos enfocados a la cocina vegana. Las bravas eran especialmente buenas, así como el pastel de zanahoria o los curris vegetarianos.