Saber si un café es de buena calidad va más allá de simplemente degustarlo. Hay varios factores clave que te permiten identificar si estás frente a una taza excepcional. Estos aspectos abarcan desde el origen del grano hasta su preparación final. A continuación, te detallamos las claves definitivas para reconocer un buen café.

Cómo saber si un café es bueno

El primer factor a considerar es el origen del grano. Los cafés de alta calidad suelen ser de origen único, es decir, provienen de una región específica, como Colombia, Etiopía o Costa Rica, donde las condiciones climáticas y el suelo son ideales para cultivar café. Las etiquetas de un buen café indicarán claramente su origen, e incluso podrían especificar la altitud a la que fue cultivado, lo que influye en su perfil de sabor.

Taza de café / Foto: Unsplash

El segundo aspecto clave es la variedad del grano. Existen diferentes especies de café, pero las más comunes son Arabica y Robusta. La variedad Arabica es generalmente considerada de mayor calidad debido a su sabor más suave y complejo, con notas afrutadas y florales. Los granos Robusta, aunque más resistentes, suelen ser más amargos y con un perfil de sabor menos sofisticado. Un buen café especificará la variedad de grano utilizada, y en la mayoría de los casos será 100% Arabica.

Café en bar / Foto: Unsplash

Otra señal de calidad es el proceso de tostado. El café debe ser tostado de manera que resalte sus características naturales. Un buen tostador buscará equilibrar los sabores, evitando que el café se vuelva demasiado amargo o ácido. Los granos de café de alta calidad tendrán una fecha de tostado reciente en la etiqueta, indicando que están frescos, ya que el café comienza a perder su sabor poco después de ser tostado. Por lo tanto, este es uno de los puntos centrales que determinará la calidad final del café; es decir, de la bebida que se acaba tomando.

Saber si un café es de buena calidad va más allá de simplemente degustarlo

El aroma es otro indicador importante. Un café de calidad tendrá un aroma intenso y complejo, con matices que pueden ir desde notas de chocolate y nueces hasta frutas y flores. Un aroma plano o quemado es una señal de que el café no es de buena calidad o ha sido mal tostado.

Finalmente, el sabor es la prueba definitiva. Un buen café tendrá un equilibrio entre acidez, cuerpo y dulzura, sin que ninguno de estos elementos sea dominante. Debe dejar un retrogusto agradable y duradero. La frescura también juega un papel crucial; un café recién molido y preparado tendrá un sabor vibrante y lleno de matices.