Cuando pensamos en sostenibilidad es fácil pensar en acciones o productos que son buenos para el medio ambiente. Ya sea porque no contaminan, porque están elaborados por productos reciclados o debido a que su huella medioambiental es mínima. Pero, a su vez, tendemos a pensar que todas esas medidas nos salen más caras y que lo bueno para el planeta no es bueno para nuestro bolsillo. 

Tal vez, la culpa de esta idea tan extendida es de muchos de esos productos que se venden como eco y que simplemente son mucho más caros, o aquellos que tras la etiqueta de comercio justo parecen justos para todos menos para el consumidor final. 

Pero, casos aislados aparte, lo cierto que es a día de hoy es mucho más sencillo ser sostenible y, la buenísima noticia es que, hoy, sostenibilidad y eficiencia se dan la mano para que con un mismo gesto podamos proteger el entorno a la vez que ahorramos dinero. 

Y aquí van algunos aspectos en los que si te fijas podrás lograr esos dos objetivos:

1) Elige bien los electrodomésticos. Aunque cueste creerlo al ver los precios, un electrodoméstico con una clasificación energética alta puede llegar a amortizar todo su precio debido al ahorro que nos supone en energía. Y con los precios que tiene ahora, esto supone un buen ahorro. Si justo estás de reformas y debes apostar solo por un buen electrodoméstico, debes tener en cuenta que el frigorífico es que lo que más consume, así que es un buen comienzo. 

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2) Otro aspecto en el que un buen electrodoméstico nos puede ayudar a ahorrar dinero y ser respetuosos con el medio ambiente es el consumo de agua. Ahora que vivimos una época de tremendas sequías, cada gota cuenta, motivo más que suficiente para elegir aquellos en los que el consumo sea reducido. La factura del agua no es la más cara que nos llega a casa, pero no podemos olvidar que esa agua se debe calentar. De hecho, el 80% de la energía que gasta una lavadora es para calentar el agua. Así pues, si tenemos un modelo en el que se puede ajustar el programa a nuestras necesidades y ahorramos así un 30% de agua… ¿Cuánta luz hemos ahorrado en ese lavado? La respuesta es fácil ¡mucha! Por último, ni escuches a quienes dicen que siguen lavando a mano porque gastan menos agua y nada de luz. No es cierto, un lavavajillas puede ahorrar hasta un 30% de agua y otro tanto por cierto de luz. 

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3) El último detalle importante son los materiales, aunque esto es válido tanto para los electrodomésticos como para el resto de elementos que tienes en tu cocina. Los de mala calidad suelen ser más baratos, pero también su ciclo de vida en más corto. Cambiar constantemente no solo es perjudicial para el medio ambiente, por mucho que llevemos esos objetos al punto limpio y los reciclemos, también lo es para nuestro bolsillo, ya que hacemos pequeños desembolsos, pero más seguidos. En este sentido, la marca de electrométricos Beko, cuyos diseños ya han ganado varios premios, acaba de lanzar un nuevo frigorífico cuyas hueveras están elaboradas con un 20% de desechos de cáscara de huevo y un 80% de plásticos con base biológica.  De esa misma gama, hay que destacar su secadora, con la que prometen que el consumidor podrá ahorrarse más de 3000 euros en la factura de la luz durante su ciclo de vida.   

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4) Limpiar y proteger. No hay mayor placer que tener la cocina recogida, limpia y que huela bien. Pero ¿a qué precio? Los detergentes agresivos suelen contener muchos productos químicos que dan un resultado espectacular, pero contaminan muchísimo y desgastan los materiales al ser corrosivos. La buena noticia es que cada día hay más opciones en el supermercado de productos de limpieza respetuosos y a buen precio. Una de las últimas novedades son las tiras de detergente para lavadora, como las que ya comercializa Natulim. Ahorras el agua que lleva el propio detergente líquido y el plástico de ese envase tan grande que, además, ocupa muchísimo sitio. 

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5) Y hablando de envases llegamos a un punto que ya está instaurado en muchas casas, pero en el que aún se puede mejorar. Reciclar ya es algo que se da por hecho, ahora hay que reducir el consumo y para ello hay que apostar por productos que no requieren envases o que podemos adaptarlos. 

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La nueva incorporación que nos ayuda también a ahorrar son las tapas de silicona. Reutilizables y limpias para decir adiós tanto al papel de plata como al film transparente. Menos productos que comprar y más sitio libre en la cocina.