El kale es una variedad de col llena de sabor y beneficios para tu salud. No debe faltar en una dieta sana y al día. Aquí te contamos cómo se cocina el kale para sacarle todo el partido.

Hace algunos años un nuevo vegetal de nombre exótico y apariencia fresca y apetecible llegaba a nuestra cesta de la compra. Lo hacía para quedarse puesto que no sólo nos dejamos seducir por sus rizadas hojas carnosas y verdes, si no que sus magníficas cualidades nutricionales terminaban por convencernos. 

¿Cómo cocinar la col kale?

La col kale se puede comer cruda en ensalada, pero hay que tener en cuenta que es una hoja bastante recia, por lo que no siempre resulta muy agradable al paladar. Pero si se quiere comer cruda para aprovechar al máximo sus nutrientes, se suele aderezar y ‘masajear’, para después dejar reposar y que así se ablande un poco. También se puede cocer al vapor, hervir y saltear, teniendo en cuenta lo mismo, que la textura final sea del agrado del comensal, pues es posible que si la primera vez que se prueba parece que se está masticando cartón, es posible que no se vuelva a comer.

Col Kale / Fuente: Unsplash

La col kale se puede comer cruda en ensalada, pero hay que tener en cuenta que es una hoja bastante recia

Quizá para esa primera vez lo mejor es cocerla al vapor y después saltearla en una sartén con sus condimentos. No recomendamos hervir la kale, como ninguna otra verdura, porque es el método de cocción que provoca más perdidas de nutrientes. La col rizada también se puede saltear directamente sin la previa cocción al vapor, y otra forma de cocinarla y sorprender, es horneando las hojas hasta que queden crujientes.

Col Kale Natural / Fuente: Unsplash

Beneficios del kale:

1. Aporta muy pocas calorías y tiene un alto valor nutritivo

Según destacan los expertos, 100 gramos de kale crudo aportan 84 gramos de agua, 49 calorías, 4,3 gramos de proteína, 8,7 gramos de hidratos de carbono, 3,6 gramos de fibra y solo 0,9 gramos de grasa.

2. Tiene un alto grado de micronutrientes (vitaminas y minerales)

Aporta más calcio que la leche (150 miligramos por cada 100 gramos); tiene mucho hierro, más incluso que la carne; es rico en vitamina C (120 miligramos por cada 100 gramos), de 4 a 10 veces más que las espinacas y 3 veces más que las naranjas; y una ración de kale contiene de 3 a 4 veces más ácido fólico que los huevos.

3. Ayuda a mejorar el tránsito intestinal

Su alto contenido de fibra dietética ayuda a mejorar el tránsito intestinal, además de reducir el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad o la diabetes.

4. Poder antioxidante

Los alimentos vegetales son especialmente ricos en antioxidantes, propiedad que posee el kale. La presencia de antioxidantes y, particularmente, su liberación durante el tratamiento térmico sugieren que el kale puede incluso llegar a proteger a otros alimentos o ingredientes contra la oxidación.