Es fácil pensar que comer fruta es bueno en todas sus modalidades. Ya sea entera, zumo o puré, las vitaminas están allí y siempre será mejor eso que nada o que otras opciones de merienda con peor fama como la bollería o las galletas. Y este es uno de los motivos por el que los purés de frutas envasados se han convertido en un alimento más en los lineales de los supermercados y en un básico para muchas familias con bebés en casa y poco tiempo en la agenda. Estos purés envasados son muy fáciles de transportar, no necesitan frío, tienen una fecha de consumo bastante amplia y son fáciles de consumir incluso para niños muy pequeños.
Comer bolsas de puré de fruta o fruta fresca
Cuando miras los ingredientes no hay nada perjudicial (aparentemente), ya que la mayoría solo contienen fruta y algún conservante. En esa lista de ingredientes es fácil ver como están compuestos por un 99% o incluso un 100% de fruta. En otros casos aparecen algunos cereales, algo que también nos induce a pensar que es un buen producto. E incluso más saciante y, por lo tanto, mejor para aquellos niños más tragones. Entonces, ¿por qué se duda de si son adecuados o no para los bebés?
“Las bolsas de purés de frutas para bebés están tan de moda como las terribles caries dentales que producen, a corto plazo, o como la obesidad que fomentan, a largo plazo”, así de tajante se ha mostrado Julio Basulto, uno de los nutricionistas más conocidos en redes sociales, precisamente por sus comentarios y críticas a la industria de la alimentación. De hecho, tan en contra se muestra este experto en nutrición que no duda en escribir en su blog que “debería prohibirse la venta de estos productos dirigidos a ese tan vulnerable colectivo”.
La primera razón es la aparición de caries. Porque sí, en los dientes de leche también aparecen caries y estas pueden dañar tanto a las encías como a los dientes que esperan salir. Y es que no es lo mismo el azúcar presente de forma natural en la fruta que cuando la exprimimos o hacemos puré, en parte porque en estas preparaciones estamos consumiendo mucha más cantidad de fruta y se ha separado de otros nutrientes. Además, el daño que provoca a nuestros dientes no es igual si se mastica que si se traga en puré o zumo.
Esos preparados están formulados para obtener la versión más dulce del producto y esto puede crear una adicción. Sí, el azúcar engancha y cada vez se necesita un mayor grado de dulzor para obtener el mismo placer. ¿Sabías que los yogures de hoy son muchísimo más dulces que los que se comercializaban hace 50 años? Y este es solo un ejemplo de lo mucho que “nos hemos dulcificado” en estos años. Si a un bebé de un año le acostumbras a productos muy dulces, querrá cada vez más azúcar y esto (no hay que ser nutricionista para saberlo) deriva en problemas como obesidad y diabetes. Dos problemas de salud que ya se consideran una epidemia en nuestra sociedad. Así pues, estos purés de frutas no se perfilan como la opción ideal, pero nadie puede negar que son muy socorridos para un día de verano en la playa o la piscina.