Si te paras a pensarlo bien, cada vez que ingieres un alimento estás poniendo gasolina en tu depósito, o consumiendo veneno que te quita horas de vida. Las propiedades de los alimentos, la tolerancia que tenemos, la cantidad en la cual los ingerimos y sobre todo la dieta habitual que seguimos son factores determinantes, no solo para nuestra salud, sino también para el tiempo de vida que acabaremos disfrutando.
Comida que te quita tiempo
Está claro que llevar una dieta poco saludable puede condenarte a sufrir enfermedades que te acaben quitando años de vida, o como mínimo, calidad de vida. Los hábitos alimentarios y deportivos son cruciales para disfrutar de una buena salud. Dentro de la dieta, sin embargo, hay alimentos más perjudiciales que otros, especialmente según la manera como se consuman. No es lo mismo comer pescado azul a la plancha hecho con poco aceite y condimentado con sal, que rebozar pescado azul y servirlo con una salsa holandesa y una guarnición de patatas fritas.
Comer fruta y verdura cada día, siguiendo la misma premisa —comer fresas con nata o chocolate cada día no es saludable, comérselas solas, sí— es obligatorio para poder disfrutar de una vida más larga y saludable. ¿Por el contrario, hay alimentos que recorten horas de vida? Que un filete de carne te quite media hora de vida es el título de la charla que el empresario e investigador del sector alimentario, Màrius Robles, impartió en la feria Alimentaria & Hostelco que se celebró la semana pasada. Una pregunta que, en realidad, sintetiza cuestiones sobre hábitos de consumo sostenibles, saludables y adaptados a las nuevas tendencias y demandas de los consumidores.
La dieta de la longevidad
Así pues, para poder llegar a vivir hasta un siglo, o más, la dieta que tendrías que seguir es la siguiente:
- Desayuno: Cereales, yogur y fruta. Una combinación que aporta energía, pero no te satura el estómago.
- Media mañana: Un poco de frutos secos. Un empuje extra antes de comer.
- Comida: Una ensalada, verdura, pan, un poco de queso. Una comida variada y equilibrada.
- Merienda: Una pieza de fruta. El hambre de media tarde lo puedes saciar con fruta de temporada.
- Cena: Pescado y verduras. Una cena ligera para digerir bien durante la noche.
Por el contrario, si no te interesa vivir tantos años y quieres disfrutar de la vida al máximo y con todos los excesos que puedas, la dieta —no recomendable— a seguir es esta:
- Desayuno: Un desayuno de tenedor como dios manda. Porrón de vino, guiso potente y músico con moscatel de postres.
- Media mañana: Nada. ¿No ves que has desayunado para tres días ya?
- Comida: Un buen plato de pasta y un trozo de carne. Sacia la barriga con una comida potente para echarte una siesta legendaria.
- Merienda: Fruta. Sí, también toca comer fruta para disfrutar de la vida.
- Cena: Carta blanca. Lo que hayas echado de menos durante el día, es momento de disfrutarlo.