¿Sueles guardar todo lo que sobra de comida, por poco que sea, creyendo que lo vas a utilizar en un futuro y, al final, termina en la basura? Pasa constantemente. Y con todo tipo de productos y alimentos. Media naranja, una loncha de jamón york, un poco de queso fresco, un bote de tomate con media cucharada… podríamos hacer una lista larguísima. Pero lo más triste es que, la mayoría de las veces, siempre se termina tirando porque se ha puesto malo.
Tirar un táper si se pudre comida
En ocasiones, no hablamos de que tiene mal aspecto, sino de un nivel más allá. Es decir, que cuando nos damos cuenta, en ese táper hay vida. Organismos que sí han aprovechado ese trozo de lo que sea que abandonamos y que ahora se han hecho con el control de la comida y de su recipiente. Cuando ocurre esto las primeras veces, mucha gente reconoce que la primera sensación era la de asco. Ver ese moho blanco y verde en el recipiente revuelve el estómago. Después se intenta limpiarlo, meter la fiambrera en el lavavajillas y repetirse a uno mismo que no debía volver a caer en el error. Espóiler: todo el mundo vuelve a caer.
Hace unos días, una amiga me dijo que eso era malísimo y que el moho que se forma en la fiambrera es muy peligroso. Pensaba que estaba exagerando, pero de repente me empezaron a salir vídeos en redes sociales sobre lo peligroso que es y la razón que tenía. La explicación que me terminó de convencer es la de @cocuisinebymarta. Sobre todo, porque ella termina tirando un táper de esos que se ven buenos y caros. En su caso, Marta mostró un táper de queso o de algo que un día fue queso, en un alto estado de composición. Como ella misma dijo, era muy probable que ese recipiente tuviese ahora micotoxinas y esporas. “Estas micotoxinas y esporas camparían por el ambiente nada más abrir la fiambrera, entrando por la nariz, boca, piel, ojos, etc. Esto puede causar problemas respiratorios, en el hígado, enfermedades, irritaciones en piel y ojos, entre otros”, explica la experta en nutrición.
Lo mejor es tirar el recipiente entero, sin abrir
Además, insiste en que esas esporas y micotoxinas podría contaminar todo, desde la encimera hasta los utensilios que tengamos a la vista o incluso otros alimentos. Así pues, tal y como ella hace, lo mejor es tirar el recipiente entero, sin abrir. Esta decisión tan drástica es debida a un alto estado de descomposición. Si el asunto no es tan grave, sí es posible salvarlo, sobre todo si hablamos de uno de vidrio o acero inoxidable, que son fáciles de limpiar y desinfectar. Si tu táper es de vidrio: olvídate.
Así, Marta explica los tres consejos para salvar una fiambrera. En primer lugar, abrir en un lugar abierto al aire libre. Seguidamente, no acercar el contenido a la cara. ¡Nada de olerlo! Y mejor en una bolsa que luego se pueda cerrar. Por último, lávate las manos con agua caliente y jabón, incluso es buena idea ponerse guantes. Y, sobre todo, revisa tu nevera y despensa de vez en cuando para evitar llegar a niveles tan altos de contaminación.