Comer sopa puede parecer un acto sencillo, casi automático, que no requiere mayor reflexión que la de elegir entre cuchara sopera o de postre. Sin embargo, hacerlo con elegancia tiene su ciencia, y no dominarla puede hacer que, sin quererlo, dejemos una impresión bastante desafortunada. En un vídeo reciente de la cuenta de Instagram @protocoloyetiqueta.es, una experta en buenas maneras revela los secretos para no parecer un patán frente al plato. Y es que la etiqueta no es solo para cenas de gala o recepciones diplomáticas: también aplica al día a día, incluso cuando lo que tienes delante es un humilde cuenco de caldo. Porque, sí, hay una forma correcta de tomar sopa… y varios errores comunes que conviene evitar si no queremos convertir una comida en una escena de comedia involuntaria.
Cómo comer la sopa sin quedar como un patán
El primero, y más evidente, es el ruido. Nada del clásico "slurp" de las películas de dibujos. Aunque parezca obvio, muchas personas sorben la sopa haciendo ruido sin darse cuenta. La experta lo deja claro: se toma en silencio, absorbiendo el líquido suavemente y en pequeñas cantidades. La cuchara no debe rebosar, sino contener lo justo para llevar la sopa a la boca sin derramar ni forzar movimientos incómodos.

Otro detalle que marca la diferencia está en el gesto de servir la sopa dentro de la cuchara. Según el protocolo, la cuchara se desliza hacia afuera, no hacia ti, al tomar la sopa del plato. Esta técnica no solo es más elegante, sino también más segura, ya que minimiza el riesgo de derrames sobre la ropa. Y si al llenar la cuchara sobra un poco de sopa, se puede tocar suavemente el borde del plato con la parte inferior de la cuchara para eliminar el exceso sin escándalo.
La mayor señal de inexperiencia en la mesa es intentar acelerar el proceso si la sopa está muy caliente
Pero quizás la mayor señal de inexperiencia en la mesa es intentar acelerar el proceso si la sopa está muy caliente. Ni soplarla como si se tratara de un globo, ni removerla sin piedad con la cuchara. Lo correcto, según la experta, es esperar tranquilamente a que baje la temperatura, y aprovechar el momento para conversar con quienes nos acompañan. Remover o soplar son gestos considerados poco elegantes, casi infantiles, y pueden arruinar el tono refinado de una comida cuidada.
Comer con educación no es solo cuestión de normas, sino de respeto hacia los demás y de saber estar en cualquier contexto. Y, aunque nadie nace sabiendo, aprender estas pequeñas claves, como las que comparte esta cuenta especializada, puede marcar la diferencia entre un simple comensal y alguien con verdadero estilo en la mesa. Porque, al final, la sopa no solo se disfruta con el paladar, sino también con la elegancia del gesto.