Cuando abrimos una botella de licor o destilado, empieza una carrera contra el tiempo para mantener su sabor y calidad originales. Aunque estos productos tienen una vida útil más prolongada que otras bebidas debido a su contenido alcohólico, no están exentos de sufrir cambios si no se almacenan adecuadamente. Aquí te explicamos cómo conservar tus licores y destilados una vez abiertos.
Cómo conservar los destilados cuando ya están abiertos
El oxígeno es el principal culpable de la degradación de los licores y destilados. Cuando una botella está abierta, el aire entra en contacto con el líquido, lo que puede alterar sus propiedades con el tiempo. Para minimizar este efecto, procura consumir licores como el whisky, ron o vodka en un plazo razonable, idealmente antes de un año desde su apertura. Para mitigar la exposición al aire, puedes optar por botellas más pequeñas o usar gadgets como bombas de vacío, que eliminan el aire del interior de la botella. La luz y el calor también afectan la calidad del licor. La exposición prolongada a la luz solar puede alterar los compuestos químicos de las bebidas y modificar su sabor. Por ello, es mejor almacenar tus botellas en un lugar oscuro, como una alacena o un mueble cerrado.
Además, evita cambios bruscos de temperatura y guarda las botellas en un lugar fresco, idealmente a una temperatura entre 15 y 20 °C. Aunque no es necesario refrigerar la mayoría de los destilados, algunos licores con cremas o productos frescos, como el licor de café o crema irlandesa, sí deben mantenerse en la nevera una vez abiertos. Una tapa mal ajustada puede acelerar la evaporación del alcohol y la entrada de aire. Asegúrate de que las botellas estén perfectamente cerradas después de cada uso. Si notas que el corcho está desgastado o la tapa no cierra herméticamente, considera transferir el contenido a una botella de vidrio con cierre hermético.
Es mejor almacenar tus botellas en un lugar oscuro y fresco
El movimiento constante puede oxidar más rápido el líquido. Por eso, una vez encuentres el lugar adecuado para guardar tus licores, evita moverlos de un lado a otro sin necesidad.
Aunque los destilados como el whisky o el vodka pueden durar años si están cerrados, una vez abiertos comienzan a perder intensidad en su sabor y aroma. Licores más delicados, como el vermut, deben consumirse en un plazo de 2 a 3 meses tras abrirlos, ya que su composición incluye ingredientes más volátiles. Cuidar cómo conservas tus licores y destilados no solo protege tu inversión, sino que garantiza que cada sorbo sea tan disfrutón como el primero. Con estos simples consejos, tus bebidas favoritas mantendrán su esencia durante más tiempo.