Un error muy común a la hora de limpiar las setas es ponerlas en remojo, ya que las setas absorben toda el agua y pueden perder algunas de sus propiedades, su textura y su sabor. Te explicamos los diferentes pasos que tienes que seguir para limpiar las setas y cuáles son las mejores técnicas para conservarlas y así disfrutarlas cuando quieras.

📆 Calendario buscador de setas 2024: todas las ferias y mercados de la seta en Catalunya
 

Cómo limpiar las setas

Nada de llenar un cazo con agua y sumergir las setas. Si están llenas de tierra, tienen musgo o pequeños trozos de hojas, así es como tienes que limpiar las setas:

  • En primer lugar, coge la seta y sacúdela un poco con cuidado. De esta manera, caerá la tierra o posibles restos de hojas que estén incrustadas. En caso de que estén muy sucias puedes ponerlas bajo el grifo (con un pequeño chorro de agua).
  • Coge un pincel (existen pinceles especiales para las setas, pero con una corriente será suficiente) o un trapo un poco húmedo y limpia las setas esmeradamente. En el caso de utilizar un papel mojado o trapo, asegúrate después de secarlas bien.
  • Posteriormente, córtales un poco el pie, especialmente la parte que tiene tierra. En el caso de las setas mayores, es recomendable, además, rascar con un cuchillo el pie como si quisiéramos sacarle una primera capa.
  • Descarta cualquier parte que pueda tener algún insecto.

Una vez las setas están limpias, tienes dos opciones: o las cocinas o las guardas en la nevera para más adelante. Recuerda que las setas son un alimento perecedero, por lo tanto, tampoco los podrás almacenar durante mucho tiempo sin cocinar.

Dónde guardar las setas y cómo conservarlas

Si no las cocinarás y las prefieres guardar, es importante que las pongas en un recipiente una al lado de la otra, sin amontonarlas. Finalmente, tápalas con una servilleta de ropa o un trapo. Es cierto que las setas son típicas de otoño, pero eso no quiere decir que no podamos disfrutar de esta joya culinaria durante el resto del año. ¿Cómo? ¡Muy sencillo! Te enseñamos tres técnicas para que puedas comer setas cuando quieras, pero existen muchas más.

Una vez tengas limpias las setas, saltéalas un poco en una sartén caliente con aceite. Déjalas enfriar y ya las puedes congelar. Es importante que las pases antes por la sartén porque de esta manera quedarán perfectas una vez descongeladas. Puedes congelarlas en raciones, de esta manera te será más práctico para después cocinarlas. Pone un cacerola con agua a hervir y cuando hierva añádele las setas limpias para escaldarlas. Déjalas escurriendo y que se enfríen. Ponlas en diferentes recipientes y consérvalos con aceite, vinagre, hierbas aromáticas... Finalmente, otra de las opciones es secar las setas. ¡Es muy fácil! Extiende las setas en una bandeja y déjalas secar en el exterior. Es importante que no les toque el sol directo; tienes que buscar un sitio un poco resguardado. Una vez secas, guárdalas en recipientes dentro de la nevera.