Cortar cebolla puede parecer una de esas tareas básicas en la cocina que todos creen dominar, pero lo cierto es que muchos lo están haciendo mal sin saberlo. Da igual cuántas recetas hayas preparado o cuántas veces te hayas enfrentado al intenso picor que provoca este vegetal: si no estás siguiendo el método adecuado, los trozos de cebolla no saldrán uniformes y eso afecta tanto al sabor como a la cocción de tus platos. El creador de contenido @recetasflipantes lo tiene claro y lo explica en un vídeo que se ha hecho viral en su cuenta de Instagram: hay una técnica precisa, sencilla y profesional que cambiará la forma en la que cortas cebolla para siempre. El resultado es una textura uniforme, rápida cocción y mejor integración del sabor en tus comidas. Solo hace falta aplicar el corte correcto, girar bien la pieza y, por supuesto, usar un cuchillo afilado que no maltrate el producto.
Cómo cortar la cebolla: el mejor truco
El truco definitivo, según explica, comienza con realizar cortes muy finos en dirección perpendicular a las capas naturales de la cebolla. Esto se logra girándola ligeramente y respetando la forma en que se estructuran sus aros internos. Este tipo de corte tiene nombre y es bien conocido en el mundo de la cocina: se llama brunoise, y permite que los trocitos queden pequeños, bien distribuidos y fáciles de cocinar de manera uniforme.

Una vez se han hecho los cortes perpendiculares, el siguiente paso consiste en girar la cebolla y cortar siguiendo el sentido natural de sus tiras internas. Con este doble movimiento, los cubos que se obtienen son mucho más pequeños y regulares que los que se logran simplemente picando a ojo. Esta precisión hace toda la diferencia, sobre todo en recetas que requieren una cocción rápida o una presentación cuidada. Eso sí, de nada sirve aplicar la técnica si no se utiliza un cuchillo que esté bien afilado. Un filo limpio no solo facilita el trabajo, sino que evita aplastar la cebolla, lo que reduce la liberación de compuestos sulfurosos responsables del lagrimeo y el sabor amargo. Además, trabajar con una buena herramienta aumenta la seguridad y la eficiencia en la cocina.
Con este método no solo conseguirás una cebolla perfectamente picada, sino que además ahorrarás tiempo y conseguirás resultados mucho más profesionales en tus platos. Y sí, tus ojos también te lo agradecerán. Porque a veces, cambiar una pequeña técnica marca una gran diferencia en lo que cocinamos cada día.