Cocinar es una actividad divertida y saludable que permite escoger y controlar aquello que comemos. En la alimentación no solo importan los nutrientes, sino que también es importante disfrutar de las comidas y comer recetas sabrosas y ricas. Pero para cocinar también se necesita tiempo y organización, dos cosas que a menudo son escasas. Afortunadamente, hay muchas opciones para comprar comida preparada que pueden llegar a ser casi tan buenas como la que te puedas hacer en casa. Pero no se vale cualquier cosa, por eso hoy te explicamos cómo disfrutar los platos preparados de manera saludable y sin sentirte culpable por no haber podido cocinar.
Cómo escoger platos preparados
La principal ventaja de los platos preparados es que ahorran tiempo en la cocina. Comprar unas albóndigas o una crema de verduras hecha siempre será más caro que hacértelo en casa, pero no tiene por qué ser menos sano. Patrícia Martínez, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, explica que "la variedad de opciones disponibles, desde platos frescos hasta alternativas saludables, ha aumentado el atractivo, y se adaptan a diferentes dietas y preferencias". No obstante, Martínez recalca que no todos los platos preparados son iguales en términos nutricionales. "La calidad varía dependiendo del tipo de plato, de los ingredientes y de los métodos de preparación. Es esencial leer las etiquetas y escoger opciones con bajo contenido en sodio, grasas saturadas y azúcares," subraya. Este enfoque permite aprovechar los beneficios de estos productos sin comprometer la salud.
"Elaborar un menú semanal que incluya platos preparados para días ocupados, complementándolos con alimentos frescos, permite optimizar el tiempo y garantizar que todos los grupos de alimentos estén presentes"
Las claves de un consumo equilibrado
Comer platos preparados no es una mala opción, siempre que se haga de manera consciente y organizada. Es fundamental combinar este tipo de preparaciones con otros alimentos frescos, como frutas y verduras, para mejorar el equilibrio de la dieta. Planificar un menú semanal es una herramienta fundamental para los que desean incluir estos productos sin comprometer la salud. "Elaborar un menú semanal que incluya platos preparados para días ocupados, complementándolos con alimentos frescos, permite optimizar el tiempo y garantizar que todos los grupos de alimentos estén presentes", aconseja Martínez. Además, sugiere consultar a un dietista para adaptar el menú a las necesidades familiares y, sobre todo, combinar la alimentación con actividad física.