Primero hay que conseguir quedar y encontrar ese día que a todos cae bien. Algo que puede hacer incendiar cualquier grupo de WhatsApp. Después decidir a dónde se va. Otro tema que suele generar discusiones, ya que hay quien solo sale de casa si es para comer croquetas, mientras que otros apuestan siempre por algo más exótico. Si se supera la prueba del cuándo y el dónde, todo vuelven a ser risas y buen rollo hasta que llega el momento de pagar la cuenta. “La dolorosa”, en lenguaje cuñao. Y es que, no siempre, todo el mundo está de acuerdo en cómo hay que enfrentarse a este momento, sobre todo si se habla de grandes grupos.
Cómo dividir la cuenta en un restaurante
Ante la pregunta de quién paga, hay muchas respuestas, pero vamos a quedarnos con la de una experta en la materia. Shubba Marta Rabolli, profesora y vicepresidenta de la Academia Italiana de Etiqueta, habló largo y tendido sobre este tema en el medio La Cucina Italiana y puso varios ejemplos. Así, la experta, lo primero que hace es romper con la tradición de “el hombre paga”. La mujer tiene la misma obligación o el mismo derecho de ser ella la que invita y no hay que dar por sentado que va a ser al revés siempre.
En el caso de tratarse de una comida o cena con personas mayores, la vicepresidenta de la Academia Italiana de Etiqueta no es tan estricta. “Si los mayores quieren pagar la cuenta, es mejor no resistirse y dejar que lo hagan. Por una cuestión de educación y respeto hacia ellos”, señala la experta. Así que ya sabes, a tu madre le puedes dejar hacerse cargo de la cuenta, pero con tu mujer no se debe ser tan blando.
La locura de los grupos
En los casos anteriores hay cierta carga de tradición o de acuerdo previo. Pero esto no siempre es fácil en grupos de amigos grandes. Aquí, el gran problema llega cuando unos piden más, o productos más caros, y hay quien no quiere cargar con ese extra. Por ejemplo, en todos los grupos está el que siempre pide un vino caro junto al que directamente no bebe vino y no quiere pagar por ese lujo. Aquí, la experta se sincera y asume que “no hay una forma directa, pero elegante, de comunicarlo” y su consejo es comentarlo con alguien cercano para que, a su vez, lo comente con otra persona y de este modo, más discreto, la información llegue a todos.
Como siempre, las nuevas tecnologías nos pueden salvar la vida y las amistades. Cada día hay más que facilitan la labor de repartir el contante de la cuenta y hacerlo de la forma más equilibrada posible y también discreta. Que no es cuestión de que todo el restaurante se termine enterando de que no quieres pagar el postre de los hijos maleducados de tus amigos o la segunda copa de la nueva novia de tu primo. Y un extra, no olvides que Bizum también te permite pedir dinero, para aquellos que siempre tienen la frase de “luego te paso lo que te debo” y esa cantidad no llega a tu cuenta. Con las cuentas claras, la digestión siempre se hace mejor.