La manera más habitual de aliñar una ensalada es echándole un chorro de aceite, uno de vinagre y un poco de sal por encima. Da igual si la ensalada lleva lechuga, tomate, atún, cebolla, queso, pollo o cualquier otro ingrediente; el aliñado clásico se hace siempre con estos tres ingredientes. No obstante, hay una manera mucho mejor de aliñar tus platos para conseguir mucho más sabor y elevar las ensaladas al siguiente nivel.
El truco de la ensalada
El aceite, la sal y vinagre aportan un extra de sabor y textura en unos ingredientes que, por muy buenos que sean, a veces no acaban de ligar. La gracia de aliñar un plato es hacer resaltar los sabores que lo componen y conseguir que todos combinen de la mejor manera posible. Pero con el aceite y el vinagre hay un problema: son demasiado líquidos y monótonos.
Hay una manera mucho mejor de aliñar tus platos para conseguir mucho más sabor y elevar las ensaladas al siguiente nivel
La mejor manera de condimentar la ensalada es hacer una buena vinagreta. ¿Si la utilizamos en platos de carne o de pescado, por que no utilizarla también con las ensaladas? La clave para hacer una buena vinagreta es encontrar el equilibrio entre todos los ingredientes. El aceite y el agua del vinagre son dos elementos difíciles de ligar, y por mucho que mezcles, siempre se evitarán. Pero si la vinagreta la haces con mostaza, además de conseguir ligar estos dos componentes antagónicos, conseguirás un extra de sabor y textura que irán genial para dar un toque de gracia a tus platos.
Con cualquier ingrediente
Tanto si lleva carne, pescado, lechuga, tomate, cebolla o cualquier otro producto que le quieras poner, una ensalada con una buena vinagreta siempre será mejor. Y no todo es sabor; una de las cosas más importantes a tener en cuenta es conseguir una textura perfecta. El aceite y el vinagre, como son muy líquidos, no se acaban de adherir a la lechuga (o al resto de ingredientes del plato) y van al fondo del bol. Por el contrario, una vinagreta cremosa hecha con mostaza o incluso mayonesa, se adherirá mejor a la lechuga y te permitirá disfrutar de cada bocado con todo el sabor de la salsa.
Una vinagreta cremosa hecha con mostaza o incluso mayonesa, se adherirá mejor a la lechuga y te permitirá disfrutar de cada bocado con todo el sabor de la salsa
Y si el sabor de la mostaza no te acaba de hacer el peso, siempre puedes cambiar la vinagreta por una salsa más ligera. Da igual si simplemente pones mayonesa, salsa rosa o mermelada, la cuestión es ligar bien los ingredientes e intentar encontrar el equilibrio adecuado de sabores.