El mundo se divide en dos tipos de personas: la gente a quien le gusta el café y los que todavía no lo han probado. El café es uno de los productos más amados en nuestra casa, una bebida indispensable para muchas personas cada mañana y que se puede hacer y tomar de mil maneras diferentes. La manera más sencilla de tomarlo es hacértelo en casa con una máquina de cápsulas o bajar al bar de confianza y pedirte un café con leche. Pero uno de los métodos más extendidos, populares y económicos de tomar café es hacerlo con la cafetera italiana. Hoy te explicamos todos los secretos que tienes que conocer a la hora de utilizarla para conseguir un café perfecto.
La calidad del café
No todos los cafés son iguales. Se trata de un producto delicado y sofisticado que, en función de su calidad, dará como resultado una bebida con unos sabores y matices muy diferentes. Lo más sencillo, y totalmente válido, es comprar café molido en el supermercado. La mejor opción, sin embargo, siempre es buscar café en grano en alguna tienda de especialidad. El café en grano mantiene mejor sus propiedades que el café ya molido, por lo tanto, si puedes molerlo en casa, mejor.
Otro detalle importante es que conviene dejar la cafetera con la tapa abierta
Una vez tengas el café, es momento de ir a por faena. Pon café en el recipiente que toca de la cafetera y llénalo bien. Es importante que lo llenes hasta arriba y retires el exceso de café que pueda sobresalir, pero no prenses el café, que no quede compacto. Una vez lo tengas, pon agua caliente en la cafetera. Es importante que el agua la hayas calentado previamente porque si la pones fría o templada, corres el riesgo de quemar el café mientras calientas el agua.
No te pases con el fuego
Con la cafetera montada y lista para funcionar, es momento de dejarla al fuego. Tanto si tienes vitrocerámica como si tienes fogón de gas, enciende el fuego a una potencia media. Si lo pones demasiado flojo el agua no se calentará, pero si lo dejas demasiado fuerte, el agua hervirá y el café se quemará. Idealmente, el agua tendría que llegar a 90 grados, sin que llegue a hervir.
Otro detalle importante es que conviene dejar la cafetera con la tapa abierta. De esta manera podrás controlar el flujo de café y asegurarte de que se está haciendo de manera correcta. Cuándo deje de manar de manera fluida, es momento de bajar la tapa y retira la cafetera del fuego. Si no lo tomas inmediatamente y quieres dejar la cafetera en la mesa para que la gente se vaya sirviendo, puedes poner la base de la cafetera bajo el grifo con agua fría. No obstante, el café conviene tomarlo una vez recién hecho.