El gin-tonic es el cóctel rey de la mayoría de fiestas. Una copa con tónica y un poco de ginebra es la opción preferida de mucha gente a la hora de escoger una bebida de fiesta. Hacer un gin-tonic parece sencillo; ginebra, tónica, hielo y listos. Pero hacer un buen gin-tonic es más complicado de lo que parece. Desde la materia prima hasta las cantidades o los ingredientes finales que le dan el toque único, estos son los 5 trucos clave para hacer el gin-tonic perfecto.

Cómo hacer el gin-tonic perfecto

Es evidente que cada uno tiene sus gustos personales, pero si quieres hacer un gin-tonic excelente que enamorará a la gran mayoría de paladares, puedes seguir estos consejos:

1. Copa

Igual que el café se toma en taza y el vino en copa, escoger el recipiente adecuado en el cual servir el gin-tonic es el primer paso para conseguir un resultado excelente. El gin-tonic se tiene que servir en copa, preferiblemente ancha. Olvídate de los vasos de tubo típicos de las discotecas; opta por una copa de balón, o si no puede ser, un vaso alto de sidra. Estas opciones te permitirán disfrutar mucho más de los aromas y de los matices del cóctel.

2. Hielo

El gin-tonic se tiene que servir con hielo. La gracia de los cócteles es disfrutarlos fríos; si no pones suficiente hielo, solo con el calor corporal de la mano la copa se calentaría en exceso. Además del hielo, también puedes guardar las copas en el congelador para servir la bebida tan fría como puedas.

Ginebra olivas de Alcarràs / Foto: Carlos Baglietto

Por mucho que la ginebra sea relevante, el cóctel está hecho mayoritariamente de tónica, por lo tanto, también es crucial servir una tónica buena

3. Calidad

Una de las claves, como siempre, es encontrar los ingredientes de la máxima calidad. No hay que gastarse centenares de euros en una ginebra de primera calidad, pero sí que es importante tener un destilado que no sea colonia. Ahora bien, por mucho que la ginebra sea relevante, el cóctel está hecho mayoritariamente de tónica, por lo tanto, también es crucial servir una tónica buena. Puedes utilizar la de toda la vida o jugar con sabores e inventos más modernos, pero independientemente de la tónica que gastes es importante que la guardes en frío.

4. Cantidad

El equilibrio de sabores es lo que hace que un cóctel tenga un sabor u otro. A menudo se habla de mezclas más cargadas o menos, en función de la cantidad de alcohol que lleve la copa. Pero la cantidad ideal suele rondar los 15 cl. Para medirla, sin embargo, es mejor utilizar un medidor y no intentar acertar la cantidad a ojo. Siempre puedes subirlo más o menos de alcohol en función de tus gustos, pero con 15 cl es suficiente para que la ginebra se note, pero el alcohol no eclipse el sabor de la tónica.

5. Ingredientes finales

Lo que acaba dando los matices finales al gin-tonic siempre son los cítricos o botánicos que se añadan al final. Siempre que puedas, intenta utilizar algún ingrediente extra para dar personalidad a tus preparaciones. Puedes utilizar desde un trozo de limón hasta cardamomo, flor de anís o jengibre. El cóctel es un lienzo en blanco para que pruebes diferentes combinaciones hasta conseguir tu resultado ideal.