Hacer tomate en conserva y guardarlo todo el año es una excelente manera de aprovechar la abundancia de tomates frescos durante la temporada de cosecha y disfrutar de su sabor y nutrientes durante los meses en los que no están disponibles. Este proceso, que combina técnicas tradicionales con consejos de seguridad modernos, puede ser una actividad gratificante y deliciosa. A continuación, te guiamos paso a paso sobre cómo preparar tomate en conserva de manera segura y efectiva.

Este proceso puede ser una actividad gratificante y deliciosa

¿Qué variedad de tomates prefieres? / Foto: Unsplash

Selección de los tomates

El primer paso es seleccionar tomates de buena calidad, preferentemente maduros y firmes, sin partes blandas ni manchas. Los tomates de tipo Roma o pera son especialmente buenos para conservar debido a su menor contenido de agua y su carne firme, aunque cualquier variedad de tomate puede utilizarse.

Preparación

  1. Lavado: Lava los tomates bajo agua corriente para eliminar cualquier residuo de tierra o impurezas.
  2. Escaldado: Haz una pequeña incisión en forma de X en la base de cada tomate. Sumérgelos en agua hirviendo por unos 30 segundos y luego transfiérelos a un recipiente con agua helada. Esto facilitará pelarlos.
  3. Pelado: Una vez fríos, pela los tomates. La piel debe desprenderse fácilmente gracias al escaldado.
  4. Cortado: Corta los tomates por la mitad o en cuartos, dependiendo de tu preferencia, y retira las semillas si así lo deseas.

Esterilización de los frascos

Antes de envasar los tomates, es crucial esterilizar los frascos y tapas para evitar el crecimiento de bacterias. Puedes hacerlo hirviéndolos en una olla grande durante 10 minutos o utilizando el ciclo de esterilización de tu lavavajillas.

Tomate preparado / Foto: Unsplash

Envasado

  1. Relleno: Coloca los tomates pelados y cortados en los frascos esterilizados, dejando aproximadamente 1 cm de espacio en la parte superior.
  2. Adición de líquido: Añade a cada frasco una cucharadita de sal y, si lo deseas, una cucharadita de zumo de limón para aumentar la acidez. Luego, cubre los tomates con agua caliente, dejando el mismo espacio de 1 cm en la parte superior.
  3. Cierre: Limpia los bordes de los frascos con un paño limpio y seco para asegurar un sellado adecuado. Coloca las tapas y ajusta los anillos sin apretar demasiado.

Procesamiento

El último paso es procesar los frascos cerrados en un baño de agua hirviendo para conservarlos. Coloca los frascos en una olla grande, cubriéndolos completamente con agua. Deja que el agua hierva y, desde ese momento, procesa los frascos durante 45 minutos para altitudes de hasta 1,000 metros sobre el nivel del mar, ajustando el tiempo según la altitud.

Almacenamiento

Una vez finalizado el procesamiento, retira los frascos del agua y déjalos enfriar sobre una superficie protegida. Verifica que los frascos estén bien sellados (la tapa no debe flexionarse al presionarla) antes de almacenarlos en un lugar fresco, oscuro y seco.

Al seguir estos pasos, podrás disfrutar de tomates en conserva caseros durante todo el año, añadiendo un sabor delicioso y casero a tus platos. Esta técnica no solo es una manera eficaz de conservar los nutrientes y el sabor de los tomates frescos, sino que también te permite controlar los ingredientes, evitando los conservantes y aditivos presentes en las versiones comerciales.