De placeres, hay una barbaridad. Pero, como todo en esta vida, hay que vigilar y tomar precauciones a fin de que este disfrute sea lo más seguro posible. Así pues, en la búsqueda constante de garantizar la seguridad alimentaria, especialmente en tiempo de preocupación por la salud pública, el proceso de limpieza y desinfección de alimentos se vuelve primordial. Las fresas, deliciosas y populares en la dieta cotidiana, no están exentas de esta necesidad. A continuación, detallamos los procedimientos para limpiar y desinfectar adecuadamente las fresas, asegurando así el consumo seguro.

Cómo limpiar las fresas para desinfectarlas

En primer lugar, la selección de fresas frescas y de calidad. Antes de empezar con el proceso de limpieza, es esencial escoger unas fresas que sean frescos y se encuentren en buenas condiciones. Para hacerlo, es importante inspeccionar visualmente las fresas y rechazar aquellas que presenten signos de deterioro o moho. El siguiente paso consiste en el lavado preliminar bajo agua. Aclarar las fresas bajo agua corriente fría, ya que eso ayuda a eliminar cualquier suciedad superficial, residuos de pesticidas u otros contaminantes presentes en la superficie de las fresas.

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Las fresas dan mucho juego al recetario / Foto: La Gourmeteria

Después del lavado inicial, hay que sumergir las fresas en una solución desinfectante suave que puede ayudar a eliminar microorganismos nocivos, como bacterias y virus. Una solución comúnmente utilizada consiste a mezclar una parte de vinagre blanco con un poco de agua. El tiempo de remojo recomendado es de aproximadamente 5 a 10 minutos. Finalmente, el aclarado final bajo agua corriente. Una vez completado el remojo en la solución desinfectante, es importante aclarar las fresas nuevamente bajo agua corriente fría para eliminar cualquier residuo de la solución y garantizar que están listas y preparadas para el consumo.

El secado y almacenaje adecuados

Después del aclarado final, toca secar suavemente las fresas con papel de cocina o un trapo limpio para eliminar el exceso de humedad. Es recomendable almacenar las fresas secas en la nevera, en un recipiente ventilado o una bolsa perforada para mantener su frescor el máximo de tiempo posible. Si eres capaz de seguir estos pasos simples, pero efectivos, se puede garantizar que las fresas estén limpias y desinfectadas, a punto para disfrutar de manera segura en una variedad de platos y recetas. La atención a los procedimientos de limpieza y desinfección de los alimentos es fundamental para proteger la salud y el bienestar de los que consumen estos productos.