Pelar navajas, también conocidas como muergos o cuchillos, y asegurarse de que estén completamente libres de arena puede parecer una tarea complicada, pero con la técnica adecuada, puedes disfrutar de este delicioso marisco sin preocupaciones. Aquí te presentamos una guía sencilla y efectiva para limpiar navajas y eliminar toda la arena.

Cómo limpiar navajas

Los materiales necesarios para limpiar navajas correctamente son los siguientes:

  • Navajas frescas
  • Agua fría
  • Sal gruesa
  • Un cuchillo pequeño o una tijera
  • Un bol grande
  • Un colador
Navajas frescas / Foto: Unsplash
Navajas frescas / Foto: Unsplash

El paso a paso para limpiar las navajas. En primer lugar, selecciona navajas frescas. Es fundamental empezar con navajas frescas. Asegúrate de que las conchas estén cerradas y sin olores desagradables. Las navajas deben oler a mar y no tener un aroma fuerte o desagradable. A continuación, remoja las navajas en agua salada. Llena un bol grande con agua fría y añade un puñado generoso de sal gruesa. Coloca las navajas en el bol con agua salada y déjalas en remojo durante al menos 30 minutos, pero preferiblemente durante una hora. Este proceso hará que las navajas expulsen la arena que puedan tener dentro. Durante el remojo, cambia el agua salada varias veces. Este paso es crucial para asegurarse de que las navajas suelten toda la arena. Puedes agitar suavemente las navajas en el agua para ayudar a liberar la arena atrapada. Enjuaga las navajas bajo agua corriente. Después del remojo, enjuaga las navajas bajo agua corriente fría. Colócalas en un colador y asegúrate de enjuagar bien cada navaja, verificando que no quede arena en las conchas. Abre las navajas y retira las impurezas. Utiliza un cuchillo pequeño o una tijera para abrir con cuidado las conchas de las navajas. Pasa el cuchillo a lo largo del borde interior para liberar la carne. Inspecciona la carne y retira cualquier residuo de arena o impurezas que encuentres. Es importante hacer esto con suavidad para no dañar la carne del marisco. Para la limpieza final, una vez abiertas, enjuaga nuevamente las navajas bajo agua corriente para asegurarte de que no quede ninguna partícula de arena. Puedes sumergirlas brevemente en otro bol con agua salada para una limpieza final.

Es importante cambiar el agua varias veces / Foto: Unsplash
Es importante cambiar el agua varias veces / Foto: Unsplash

Utiliza un almacenamiento adecuado. Si no vas a cocinar las navajas inmediatamente, mantenlas en el refrigerador, cubiertas con un paño húmedo para que conserven su frescura. No olvides una cocción adecuada. Al cocinar las navajas, asegúrate de no sobrecocinarlas. Un breve salteado o cocción al vapor es suficiente para resaltar su sabor sin que se endurezcan. Siguiendo estos pasos, puedes asegurarte de que las navajas estén completamente libres de arena y listas para ser cocinadas y disfrutadas. La clave está en el remojo en agua salada y en una cuidadosa inspección y limpieza. Con un poco de paciencia, podrás disfrutar de este delicioso marisco sin preocuparte por la molesta arena.