La escalivada es uno de esos platos que capturan la esencia de la cocina catalana: simple, honesta y con un sabor que evoca recuerdos de infancia. Aunque cada casa tiene su propia versión, las bases son las mismas, y hoy vamos a explorar cómo prepararla siguiendo el lema de nuestras abuelas: "Menos es más".
Cómo hacer la mejor escalivada de tu vida
La escalivada tradicional no necesita muchos ingredientes. Solo hace falta contar con los mejores:
- Pimientos rojos
- Berenjenas
- Cebollas
- Tomates (opcional, pero muy recomendados)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal gruesa
Nuestra abuela no complicaba la receta con hierbas exóticas ni especias innecesarias. Todo residía en el producto y el cariño con el que se cocinaba.
Paso a paso: como lo hacía ella
Si tienes la suerte de contar con una parrilla o barbacoa, úsala. El fuego de leña aporta un sabor ahumado inigualable, aunque un horno a alta temperatura (220 °C) también dará buenos resultados. Para la preparación de las verduras, no hay que pelarlas ni cortarlas. Tal cual se compran, se colocan directamente en el fuego o en la bandeja del horno. Las pieles actúan como barrera, protegiendo la carne interior y permitiendo que se cuezan en su propio jugo.
El verdadero secreto de esta receta está en su simplicidad. Nuestra abuela no complicaba la receta con hierbas exóticas ni especias innecesarias. Todo residía en el producto y el cariño con el que se cocinaba.
Aquí no hay prisas. Cada verdura necesita su tiempo, y tu abuela sabía respetarlo. Los pimientos y las berenjenas estarán listos cuando la piel esté negra y empiece a desprenderse. La cebolla, más dura, tardará un poco más. Una vez asadas, envuélvelas en papel de aluminio o colócalas en un recipiente tapado. Esto facilita pelarlas después. Una vez frías, retira la piel quemada, los pedúnculos y las semillas, pero no enjuagues las verduras: ese líquido ahumado es puro oro. Corta las verduras en tiras y disponlas en una fuente. Añade un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal gruesa y, si quieres darle el toque de la abuela, un poco de ajo picado.
Servir y disfrutar
La escalivada es tan versátil como deliciosa. Puedes servirla sola, sobre una rebanada de pan con un toque de anchoa, o como acompañamiento de carnes y pescados. El verdadero secreto de esta receta está en su simplicidad y en el respeto por los sabores naturales. Como decía la abuela: “Menos es más, y el amor siempre está en los detalles”.