Aunque de apariencia poco atractiva y con escasa carne, la galera es un crustáceo típico del Mediterráneo que ha comenzado a ganar popularidad en la gastronomía catalana, especialmente en las Terres de l’Ebre. Este crustáceo, conocido por su caparazón acorazado y sus afiladas espinas, se caracteriza por un excelente sabor que aporta un toque único a platos como arroces y guisos marineros. Sin embargo, su difícil manipulación y su baja cantidad de carne han contribuido históricamente a su subestimación en la cocina marinera.

El crustáceo más feo de Catalunya que enamora cada vez a más cocineros

La galera habita en los fondos litorales, mide hasta 20 centímetros y se alimenta de otros peces y crustáceos, lo que le otorga un sabor delicado. Este manjar marino, especialmente apreciado en las costas catalanas, valencianas e italianas, ha experimentado un renacimiento en los últimos años, siendo las hembras las más valoradas por su mejor textura y sabor. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, este crustáceo se ha revalorizado en los mercados de las grandes ciudades gracias a su accesibilidad económica y a las innovaciones culinarias.

Textura y sabor únicos / Foto: Unsplash

Protagonista de las tierras del Ebro

En Cataluña, la galera es protagonista de las Jornadas Gastronómicas de les Terres de l’Ebre, que este año celebran su undécima edición. Más de 40 restaurantes de Alcanar, l’Ametlla de Mar, l’Ampolla y la Ràpita ofrecen menús con este crustáceo como ingrediente principal. Estas propuestas destacan por combinar tradición y modernidad, como el arroz meloso con galeras y alcachofa, buñuelos de galera, fideuà de galeras o incluso tartar de galera y langostino.

La galera está adquiriendo un lugar privilegiado en la cocina catalana

Los menús se maridan con vinos DO Terra Alta, donde la garnacha blanca realza los sabores marineros de las galeras. Además de Catalunya, localidades como Vinaròs, en Castellón, también celebran jornadas dedicadas a este crustáceo, promoviendo su versatilidad en recetas tanto tradicionales como de cocina de autor. Este tipo de eventos no solo pone en valor la gastronomía local, sino que también impulsa la innovación culinaria con nuevos platos y técnicas.

Arroz con galeras / Foto: Unsplash

La galera, abundante en zonas de delta ricas en nutrientes, no solo es deliciosa, sino que también es una fuente de proteínas, vitaminas y minerales de alta calidad. Estas jornadas gastronómicas se realizan en el mejor momento para su pesca, lo que permite disfrutar de capturas frescas y de un clima agradable en el litoral del Ebro. En definitiva, este crustáceo, que alguna vez fue menospreciado, se está ganando un lugar destacado en la cocina catalana gracias a su sabor incomparable y a la creatividad de los chefs que apuestan por rescatarlo y reinterpretarlo.