Cuando haces una cena en casa con los amigos, no puede faltar nunca un buen plato cocinado con tiempo, un buen vino para maridar, y alguna bebida para preparar unos cócteles una vez acabada la comida. Repasas la lista y voces que no falta nada. Pero cuando llega el momento de hacer las cubatas, te das cuenta de que te has dejado el hielo. El gran olvidado de la sobremesa, pero también el ingrediente universal más imprescindible. Un producto que se puede obtener, simplemente, poniendo agua en el congelador. Pero para los ricos más excéntricos del planeta parece que esta tosca costumbre de los pobres de hacer las cosas fáciles no es suficiente. El periodista del diario The Guardian, Ole Ellekrog, ha desgranado la historia.
35.000 km de viaje para hacer una cubata
Esta es la distancia que recorre el hielo importado de Groenlandia que se sirve en algunos bares de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Una compañía groenlandesa se dedica a exportar bloques de hielo del ártico para elaborar cócteles y cubatas de lujo en bares exclusivos del país del Oriente Medio. A nadie sorprende las excentricidades de los países que cabalgan el dólar a fuerza de explotar el petróleo. Pero lo que llama la atención es que un producto tan simple como el hielo, que se puede elaborar con un congelador y un grifo de agua, se tenga que importar de la otra punta del mundo, solo para satisfacer los deseos de grandeza y sin escrúpulos de cuatro jeques adinerados. Un cubata suele encarecerse por la calidad del alcohol que se utiliza y por el nivel social del lugar donde se sirve. Un gin-tonic hecho con ginebra del súper no será ni tan caro, ni tan bueno, como un gin-tonic hecho con ginebra artesana de Japón. Y tampoco tendrá el mismo precio, un combinado servido en la fiesta mayor de tu pueblo (aunque estos siempre serán los mejores) que en la terraza de un rascacielos de 60 plantas construido en medio del desierto en los Emiratos Árabes Unidos. Lo que es inédito es que el precio de esta bebida lo pueda determinar el origen del hielo que se le añade. Un precio que puede rondar los 35 € fácilmente, y que se puede subir todavía más.
Un producto que se puede obtener, simplemente, poniendo agua en el congelador. Pero para los ricos más excéntricos del planeta parece que esta tosca costumbre de los pobres de hacer las cosas fáciles no es suficiente
Hielo natural de Groenlandia
La compañía groenlandesa Artic Ice se dedica a 'cultivar' hielo en el océano Ártico para exportarlo a países como los EAU. Según el cofundador de la compañía, Malik V Rasmussen, el objetivo de Artic Ice es diversificar la economía de la isla danesa, que obtiene casi todos sus ingresos de la pesca, el turismo y las subvenciones de Dinamarca, país al cual pertenece. Rasmussen afirma que la extracción y exportación de hielo a países del Oriente Medio se hace de forma sostenible y que las pocas emisiones que se puedan producir durante los 19 días de trayecto (solo de ida), después acaban siendo compensadas con otras técnicas de purificación del aire. El motivo que hace 'especial' a este hielo es que es considerado como el hielo más puro del mundo. Se obtiene de fragmentos de iceberg de Groenlandia que no han estado nunca en contacto ni con la superficie del continente, ni con el fondo marino. El hielo se extrae en un barco, se traslada a Nuuk, capital de Groenlandia, donde se almacena en contenedores refrigerados para viajar hasta Dinamarca. Desde allí emprende un viaje que cruza el canal de la Mancha, la mitad del Atlántico Norte, el estrecho de Gibraltar, todo el mar Mediterráneo, el canal de Suez, el mar Rojo, el mar de Arabia, hasta llegar, finamente, a los Emiratos Árabes Unidos.