El nabo es una hortaliza que se adapta muy bien a los climas fríos. Pertenece a la familia de las Crucíferas, que engloba 380 géneros y unas 3.000 especies propias de regiones templadas o frías del hemisferio norte. La importancia de esta familia de hortalizas, a la que también pertenecen las coles y los berros, reside en que contienen unos compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades.
El origen de los nabos no está bien definido, no se sabe si se originó en Asia Central o en Europa. Se han encontrado vestigios, que demuestran que se cultivaba hace ya 4.000 años y se sabe que los griegos y los romanos lo consumían. Durante la Edad Media era importantísimo en la dieta de los países europeos, hasta la llegada de la patata en el siglo XVIII, que poco a poco fue desbancando al nabo. La patata llegó de América con los conquistadores españoles y se extendió por Europa.
Actualmente, el nabo se consume poquísimo y se cultiva sobre todo para dar de comer a los animales. Los principales países productores y consumidores de nabos son: Alemania, el sur de EEUU y en el sur de Europa.
El nabo además conlleva ciertos riesgos si se abusa de su consumo
El nabo además conlleva ciertos riesgos si se abusa de su consumo, o si se consume en los momentos menos oportunos. Aquí te mencionamos algunos de los más relevantes:
1. Problemas gastrointestinales
El nabo es una buena fuente de fibra que, seguramente, beneficiará tu actividad digestiva. Sin embargo, una de las contraindicaciones del nabo si su consumo es excesivo es que puede ser el desencadenante de sintomatologías gastrointestinales como vómitos, diarreas, estreñimiento, indigestión, flatulencias, hinchazón, etc.
En personas con problemas intestinales como pacientes con diverticulitis, es necesario consumir los nabos con mesura; ya que un exceso puede generar un efecto contrario en el sistema gastrointestinal.
2. Pacientes con tratamientos anticoagulantes
Los nabos cuentan con abundante vitamina K que posee diversos beneficios en el organismo. La vitamina K es fundamental en el proceso de coagulación sanguínea y, es por ello, una de las contraindicaciones del nabo es que debe ser consumida con precaución en pacientes con tratamientos anticoagulantes.
El consumo frecuente y excesivo de vitamina K puede afectar la eficacia del fármaco anticoagulante y provocar un riesgo para la salud. Lo más recomendable es consultar con su médico sobre las cantidades de nabo que puede consumir diariamente.
3. Formación de cálculos renales
Otra de las contraindicaciones del nabo es que puede favorecer a la formación de cálculos renales en aquellas personas con predisposición a formar cálculos de oxalato de calcio en el riñón. Se recomienda tomar con cuidado el nabo a este tipo de personas ya que contiene ácido oxálico.
4. Afectar a la piel
Una de las contraindicaciones del nabo es que no está recomendado su consumo antes de que una exposición al sol ya que puede afectar a la piel porque el nabo tiene principios fotosensibles.