La cassola de tros es uno de los platos más representativos de la cocina catalana rural, especialmente en la localidad de Juneda, en la comarca de Les Garrigues. Este guiso contundente y lleno de sabor tiene un origen humilde, ligado a la vida de los campesinos que trabajaban largas jornadas en el campo y necesitaban una comida reconfortante para reponer fuerzas.
El curioso plato que tomaban los payeses catalanes
Un plato nacido en el campo
En tiempos en los que los medios de transporte eran limitados, los agricultores no podían regresar a casa a la hora de comer, por lo que llevaban consigo los ingredientes disponibles en sus despensas y los combinaban con productos frescos del huerto. Se reunían con otros trabajadores y cocinaban juntos en una gran cazuela de barro sobre fuego de leña, lo que permitía compartir los alimentos y fortalecer la convivencia.
Con el tiempo, la receta fue evolucionando, y hoy se pueden distinguir dos variantes principales según la temporada. La versión de invierno incorpora espinacas y patatas, aportando un toque más contundente y nutritivo. En verano, en cambio, predominan las hortalizas como la cebolla, el pimiento y la berenjena, en una preparación más ligera. Sin embargo, muchos cocineros optan por versiones mixtas, combinando ingredientes de ambas estaciones.
Una receta sin normas fijas
Aunque no existe una única forma de preparar la cassola de tros, hay algunos ingredientes que suelen repetirse. La carne de cerdo es la base, con cortes como la panceta, costillas y distintos tipos de butifarra. También se añaden caracoles, muy típicos en la cocina catalana, además de patatas, legumbres y especias como tomillo, pimienta y guindilla, que le dan un sabor inconfundible.
El proceso de cocción es clave para lograr un resultado óptimo. Primero se sofríe la carne en aceite de oliva hasta dorarla y se reserva. Luego, en el mismo aceite, se cocinan la cebolla y el ajo junto con el tomillo y la guindilla, aportando profundidad de sabor. Se incorpora el tomate rallado y, tras unos minutos, se añade vino blanco para desglasar la cazuela.
A continuación, se suman las patatas y los espinacas (o las verduras de verano), junto con los caracoles y un poco de agua o cerveza para la cocción. Pasado un tiempo, se reincorpora la carne y se ajusta la sazón con sal y pimienta. Finalmente, cuando la patata está casi lista, se agregan la butifarra negra y las legumbres, dejando que todo repose antes de servir.
Era un plato para compartir entre los payeses que no tenían tiempo de volver a casa a comer
Un plato para compartir
La cassola de tros es un plato pensado para reuniones, ya que suele cocinarse en grandes cantidades y servirse como plato único. Se acompaña tradicionalmente con una ensalada ligera y se marida con vinos tintos frescos de la región. Más que una simple receta, este guiso representa la tradición, la colaboración y el ingenio de los campesinos catalanes, quienes con pocos ingredientes lograron crear una auténtica delicia.