Catalunya es un país muy diverso gastronómicamente hablando. Tenemos recetas de todo tipo y territorios riquísimos en productos de primera calidad: guisantes del Maresme, embutidos de Osona, quesos del Pirineo, vino del Priorat, fruta de Lleida... entre tantísimos otros ejemplos. Lo que seguramente no conocías es la historia de los huevos de Sant Guim de Freixenet, un municipio de poco más de 1.000 habitantes que llegó a producir hasta 40 millones de huevos al año.
La fiebre de los huevos
Sant Guim de Freixenet es un municipio ubicado en el sur de la comarca de la Segarra. Tiene 1.250 habitantes, una estación de tren y el insólito récord de producir 40 millones de huevos al año. Unas cifras correspondientes a los años 60 y 70 que llaman la atención. Si hacemos números, a cada habitante le tocarían 32.000 huevos al año, es decir, más de 2.500 docenas. De hecho, teniendo en cuenta la población estatal de entonces, solo en Sant Guim de Freixenet se producía un huevo por cada habitante del estado.
Las tortillas y revueltos de los barceloneses durante la segunda mitad del siglo XX se podían hacer gracias a la producción de huevos de Sant Guim de Freixenet
Según nos explica el alcalde del pueblo, Francesc Lluch, el auge de la industria de los huevos se produjo a mediados del siglo pasado. Los vecinos, la mayoría campesinos, tenían su explotación agraria y vivían de los productos de la tierra. Además, mucha gente tenía también una granja de gallinas. Y entre una cosa y la otra, con la agricultura y la avicultura como motores económicos del municipio, la villa iba tirando.
Recibiendo los huevos de plata en la Fira de l'Ou de Sant Guim!😅
— Marc Márquez (@marcmarquez93) June 12, 2016
Receiving the silver eggs in Sant Guim! pic.twitter.com/PhPGXTtjrR
El comercial de Barcelona
En los años 60 y 70, sin embargo, todo cambió. Un comercial de Barcelona fue a Sant Guim de Freixenet coincidiendo con el punto álgido de la explotación intensiva de huevos en el país. Este comercial compraba los huevos de los vecinos del pueblo y los bajaba a Barcelona con camiones cargados hasta arriba para satisfacer la demanda de la capital. En cierta manera, las tortillas y revueltos de los barceloneses durante la segunda mitad del siglo XX se podían hacer gracias a la producción de huevos de Sant Guim de Freixenet. Un 'boom' que llegó a cifras de 40 millones de huevos al año y que poco a poco se fue desinflando con la subida del sector porcino. Los campesinos del pueblo fueron cambiando las granjas de gallinas por corrales de cerdos, un negocio más rentable.
Hoy en día, aunque no se llegan a las cifras de entonces, en Sant Guim de Freixenet se siguen produciendo una cantidad significativa de huevos. Según datos del ayuntamiento, la producción actual supone aproximadamente la mitad de la de los años 60 y 70. La empresa Yak, la más grande del municipio, produce 90.000 huevos al día. Empresa que, por cierto, mantiene las granjas originales de la época dorada del avícola santguimenco. Una tradición que se conmemora cada año con la celebración de la Fiesta del Huevo, una de las celebraciones en torno a este producto más importantes del país.