En Mallorca, tierra de tradiciones y recetas que pasan de generación en generación, hay dulces que han conquistado los paladares más exigentes sin necesidad de adornos innecesarios. Uno de ellos es el 'pastís despentinat', un postre con nombre curioso que evoca la imperfección como parte de su encanto. Mientras otros dulces presumen de decoraciones meticulosas y presentaciones impecables, este pastel desafía los cánones estéticos con su aspecto rústico y su textura irregular. Pero su éxito no radica en la apariencia, sino en su sabor. Con una base esponjosa, un toque sutil de licor y una cubierta ligeramente crujiente, el 'pastís despentinat' se ha convertido en un imprescindible de las sobremesas mallorquinas. Aunque no es tan conocido fuera de la isla como la ensaimada o la coca de patata, quienes lo prueban quedan rendidos ante su sencillez y autenticidad. Un dulce que nació sin pretensiones pero que, con el tiempo, ha encontrado su lugar en el corazón de la gastronomía balear.
Descubre el pastís despentinat de Mallorca
La historia de este postre se pierde en el tiempo, pero muchos lo asocian con los hornos tradicionales de los pueblos de Mallorca, donde los ingredientes simples y las recetas familiares dictaban el ritmo de la repostería. El secreto del 'pastís despentinat' está en su textura. La masa, aireada y ligera, se hornea hasta que la parte superior adquiere un aspecto quebradizo e irregular, de ahí su nombre. No es un defecto, sino su sello distintivo. A diferencia de otros postres más estructurados, este pastel no sigue reglas estrictas y cada versión es ligeramente distinta según quién lo prepare. Hay quienes añaden almendras molidas para potenciar el sabor o quienes prefieren un toque cítrico con ralladura de limón. Lo que nunca falta es el toque de licor, generalmente anís o hierbas mallorquinas, que le da un aroma inconfundible.

Su carácter humilde hace que no necesite grandes ocasiones para hacer su aparición
Se sigue horneando en casas y pastelerías de toda la isla, aunque no siempre se encuentra en los escaparates más turísticos. Es un dulce que se disfruta en familia, en reuniones donde la conversación es tan importante como la comida. Se sirve acompañado de café o licor casero, y su carácter humilde hace que no necesite de grandes ocasiones para aparecer en la mesa. "Es un postre de los de antes, de los que no buscan impresionar pero siempre gustan", comentan quienes lo han heredado de sus abuelas y lo siguen elaborando con la misma dedicación. En una época en la que la repostería parece obsesionada con la perfección visual, el 'pastís despentinat' reivindica la belleza de lo auténtico. Puede que no sea el postre más fotogénico, pero su sabor cuenta una historia que va más allá de la estética. Mallorca tiene muchos dulces emblemáticos, pero pocos representan tan bien el espíritu de la isla como este pastel que, sin alardes ni artificios, sigue conquistando a quienes se atreven a probarlo.

Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de Elnacional.cat.