La gala de la Guía Michelin dejó ayer una lluvia de estrellas por todo el Estado español, especialmente en Catalunya. En una noche de fiesta en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas de Murcia, la guía francesa premió 32 nuevos restaurantes con una estrella, 3 restaurantes con dos y 1 establecimiento consiguió la tercera. Unos premios que, un año más, quedan muy lejos de la paridad. ¿Es la Michelin una guía machista o la alta gastronomía es un sector patriarcal?

El sesgo de género de las Michelin

Si nos fijamos en los restaurantes catalanes, de las 9 nuevas incorporaciones con estrella (cifra récord de los últimos años), ningún restaurante está encabezado por una mujer:

  • Casa Nova - Andrés Torres
  • Citrus del tancat - Aitor López
  • Divinum - Arnau Casadevall i Isidre Soler
  • Esperit Roca - Raül Sillero
  • Fishology - Ricardo Radice
  • Mae - German Espinosa i Diego Mondragón
  • Prodigi - Jordi Tarré 
  • Teatro Kitchen - Oliver Peña
  • Voramar - Guillem Gavilan i Pau Jamas

En total, 9 restaurantes y 12 cocineros premiados, todos hombres. Pero atención, que nadie se piense que estos chefs no se merecen la estrella, al contrario. No estamos hablando de eso; nadie les puede reprochar el mérito de haber sudado y ganado una estrella Michelin. Pero sí que llama la atención que no haya ni siquiera una mujer entre los premiados. Una tendencia que se repite un año más. En la gala celebrada el año pasado en Barcelona, los dos nuevos restaurantes premiados en Catalunya con una estrella, Quirat y Suto, también estaban capitaneados por hombres, Víctor Torres y Yoshikazu Suto respectivamente.

Resulta que cuando la gastronomía se convierte en un sector de prestigio y reconocimiento social, de repente la cocina pasa a ser un lugar para hombres

Si subimos de categoría, entre los 6 restaurantes con dos estrellas Michelin en Catalunya solo hay uno regentado por mujeres: Les Cols, de Olot. El resto, Bo.Tic, Cinc Sentits, Enoteca Paco Pérez, Miramar y Moments están encabezados por hombres. Y entre los 5 restaurantes premiados con las tres estrellas no encontremos a ningúna chef mujer; todo el protagonismo de Cocina Hermanos Torres, Disfrutar, El Celler de Can Roca, Lasarte y ABaC es para los hombres.

Carme Ruscalleda es una de las pocas excepciones de la élite gastronómica catalana / Foto: Carlos Baglietto

Muy lejos de la paridad

El patriarcado está arraigado en todas las esferas de la sociedad. Uno de los comentarios machistas por excelencia es afirmar que las mujeres tienen que estar en la cocina, pero resulta que cuando la gastronomía se convierte en un sector de prestigio y reconocimiento social, de repente la cocina pasa a ser un lugar para hombres. Decir que la Guía Michelin es machista por no premiar mujeres sería absurdo, porque el problema ya no es que las estrellas sean solo para los hombres, sino que en los puestos de poder dentro del sector hay pocas mujeres. Y cuantas menos mujeres haya al frente de grandes cocinas, menos probabilidades habrá que reciban estrellas.

El sesgo machista es un problema social mucho más profundo de lo que nos pensamos

Vale la pena destacar también que dos de los más altos cargos de la Guía Michelin los ocupan mujeres: la presidenta de la Guía Michelin España y Portugal es María Paz Robina y la directora internacional de relaciones exteriores de la Guía Michelin es Elisabeth Boucher Anselin. Eso no quita, sin embargo, que todavía tengan que cambiar muchas cosas para revertir una situación injusta. El problema no lo tiene la Guía Michelin, ni los inspectores, ni los altos cargos, ni siquiera los cocineros premiados, por descontado. El sesgo machista es un problema social mucho más profundo de lo que nos pensamos y que en galas de este nivel aflora de manera muy evidente. Solo es un recordatorio más del tipo de sociedad en que vivimos y nos tendría que hacer reflexionar sobre el camino que queremos seguir.