La Guía Repsol 2025 supuso la enésima confirmación del talento hegemónico de la gastronomía catalana en el Estado. Ocho restaurantes consiguieron sumar 1 Sol más a sus vitrinas, mientras que el Esperit Roca, la última apertura culinaria de los tres hermanos gerundenses, hizo historia al pasar de 0 a 2 Soles, hecho que se suma a una estrella Michelin en menos de doce meses de vida. Alucinante la exhibición de músculo de la cocina de Catalunya que brilla por todos los cocineros y cocineras que trabajan en nuestro país.
El único restaurante del Estado que pierde sus 3 Soles Repsol
Desgraciadamente, todo no fueron buenas noticias en la gala celebrada en Tenerife el lunes por la noche. Este acontecimiento supuso que un restaurante de Barcelona perdiera a uno de los 3 Soles Repsol. Una pérdida dolorosa que comporta que Catalunya no cuente con 10 restaurantes en el máximo cajón del podio, sino que sean nueve. Se trata del Via Veneto, emblemático e histórico restaurante de la capital catalana, en la cual se ha convertido en el único local de todo el Estado en salir del ranking de 3 Soles y ubicarse un escalón por debajo. También Ramón Freixa en Madrid desaparece de la lista de los restaurantes con tres Soles, pero en este caso por el cierre de esta casa.

No obstante, es ampliamente conocido el talento de este restaurante liderado por la familia Monje que cuenta con 1 estrella Michelin. El Via Veneto es el clásico de clásicos entre los restaurantes de Barcelona. Un espacio único que te traslada en otra época y donde la elegancia y la tradición te abrazan desde el primer momento que entras. Abrió puertas el año 1967 y 58 años después se mantiene congelado en otra época. Lo primero que te encuentras al llegar es un aparcacoches muy elegante que guarda una puerta coronada por dos toldos rojos.
El restaurante Via Veneto es el único en todo el Estado en perder los 3 Soles de la Guía Repsol 2025 y se coloca en la clasificación de establecimientos con 2 Soles
Dentro, un pequeño pasillo estrecho te conduce a la barra y a la sala principal del restaurante; cortinas gruesas, sillas tapizadas, manteles de ropa y camareros con esmoquin visten un espacio con la luz tenue y un auténtico espíritu señorial. No es anodino que fuera uno de los restaurantes predilectos de Salvador Dalí. En el Via Veneto, el genio de Figueres celebraba comidas con varias personalidades, con las que perpetraba algunas de sus hazañas más surrealistas. En una ocasión, Dalí pidió que le sirvieran unas longanizas que hizo colgar del cuello de los invitados.