El pepino es una fruta muy refrescante que se utiliza en varias recetas durante el verano. Un alimento de temporada veraniega que puedes introducir crudo, cocido o encurtido en multitud de platos para ti y para los tuyos. Hoy te explicamos cómo puedes preparar el pepino encurtido en un abrir y cerrar de ojos para tenerlo listo cuando quieras y añadirlo a tus ensaladas para hacerlas más jugosas.
Diferentes tipos de pepino
El pepino es una fruta similar al melón, la sandía, el calabacín o la calabaza, con una piel exterior dura y un interior jugoso. Los más habituales son los pepinos cortos, con pequeños pinchos o protuberancias, y el más fino y alargado. Hay más tipos de pepinos, como el francés, que es ideal para recetas de gazpacho y tiene la piel más lisa y oscura. También hay el japonés, el inglés o incluso los que se clasifican según el tamaño. En cualquier caso, puedes utilizar la variedad que tengas más a mano para preparar los tus encurtidos.
Los ingredientes que necesitarás son:
- 2 pepinos
- 1 cebolla
- 2 cucharadas de mostaza en grano
- 2 hojas de laurel
- Vinagre de Pedro Jiménez
- Sal
- Azúcar (opcionalmente)
Proceso de elaboración
Para preparar el encurtido, lo primero que tendrás que hacer es limpiar bien los pepinos. Déjalos bien limpios y córtalos como más te guste. Puedes hacerlo en rodajas enteras, pero también los puedes partir por la mitad, en cuatro o incluso en trozos más finos como octavos o incluso decimosextos (casi como si cortaras en brunoise). Pasa los trozos por un colador y añádeles la cantidad de sal que quieras, al gusto. Déjalos escurrir durante tres cuartos de hora y, mientras tanto, pon a hervir el vinagre. Para hacerlo, sin embargo, no lo pongas solo: en una olla, pon el vinagre diluido en medio litro de agua.
Ten preparados los tarros de conserva en los que guardarás el encurtido y pon los trozos de pepino una vez haya pasado el tiempo necesario para tenerlos escurridos. Es momento de añadir los aromáticos que más te gusten; el laurel o alguna otra planta aromática son buenas opciones, pero puedes añadir el alimento que creas que combinará mejor con el sabor del pepino. La cebolla y la mostaza son buenas alternativas. Una vez tengas los sólidos en el tarro, añade el vinagre y el agua dentro. Si prefieres rebajar un poco el sabor, puedes añadir una punta de azúcar, disuelta en el líquido. Este paso, sin embargo, es totalmente opcional y se tiene que adaptar a los gustos e ingredientes que utilices. Una vez tengas todos los ingredientes en el tarro, tápalo y deja que coja la temperatura ambiente. Una vez templado, ponlo en la nevera y disfruta del pepino al cabo de unos días.