La ensaladilla rusa es uno de esos platos icónicos que han trascendido fronteras y generaciones. Originaria de Rusia, como su nombre lo indica, esta receta se ha adaptado y reinventado en numerosos países, convirtiéndose en una presencia constante en reuniones familiares, fiestas y tapas en los bares. Sin embargo, hay algo especial en la ensaladilla rusa casera, especialmente cuando se trata de la receta de la abuela. A continuación, desvelamos algunos trucos para que tu ensaladilla rusa quede tan deliciosa como la que hacía ella.

Los trucos para hacer la mejor ensaladilla rusa

Ingredientes clave y el corte perfecto

Para una ensaladilla rusa tradicional, los ingredientes básicos suelen ser: patatas, zanahorias, guisantes, huevo duro, atún en conserva, aceitunas y mayonesa. Algunos también añaden pepinillos, pimientos del piquillo o incluso gambas. La calidad de los ingredientes es fundamental. Asegúrate de usar patatas firmes y de buen sabor, zanahorias frescas y una buena mayonesa, preferiblemente casera.

Uno de los secretos mejor guardados de la abuela es cómo cortar los ingredientes. Las patatas y las zanahorias deben cocerse con piel para mantener su sabor y textura. Una vez cocidas, se pelan y se cortan en cubos pequeños y uniformes. El tamaño es crucial para que cada bocado tenga un equilibrio de todos los ingredientes. Los huevos duros también deben cortarse en cubos pequeños. Los guisantes, por su parte, deben ser tiernos pero no demasiado cocidos.

La ensaladilla rusa es uno de esos platos icónicos que han trascendido fronteras y generaciones

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El corte de los ingredientes es clave para el resultado final / Foto: Unsplash

Cocción y enfriado

La cocción de las verduras es otro punto crítico. Las patatas y zanahorias deben hervirse en agua con sal hasta que estén tiernas, pero firmes, para evitar que se deshagan al mezclarlas. Después de la cocción, es importante enfriar las verduras rápidamente, sumergiéndolas en agua fría o pasándolas por un chorro de agua fría. Este truco ayuda a detener la cocción y a mantener la textura deseada.

La mayonesa es el alma de la ensaladilla rusa. Para un toque especial, hazla en casa. Necesitarás huevos, aceite de girasol, una pizca de sal y un chorrito de limón o vinagre. La clave es batir a baja velocidad al principio y aumentar gradualmente hasta que emulsione. Si prefieres usar mayonesa comercial, elige una de buena calidad y, si es posible, mezcla una pequeña cantidad con un poco de mostaza para darle un toque extra de sabor.

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Mayonesa casera / Foto: Unsplash

Reposo y presentación

Una vez mezclados todos los ingredientes, es fundamental dejar reposar la ensaladilla en el frigorífico durante al menos un par de horas. Este reposo permite que los sabores se integren y que la ensaladilla adquiera esa textura cremosa y sabrosa que tanto nos gusta. La presentación también cuenta. Decora la ensaladilla con tiras de pimiento del piquillo, aceitunas cortadas en rodajas o incluso con un poco de huevo duro rallado. Estos toques no solo añaden sabor, sino que también hacen que el plato sea visualmente atractivo.

Hacer una ensaladilla rusa que recuerde a la que hacía la abuela no es difícil, pero requiere atención al detalle y amor por la cocina. Siguiendo estos trucos, podrás recrear ese sabor nostálgico y llevar a tu mesa un plato lleno de historia y tradición.