El día de los enamorados tiene su origen en la Lupercalia, una celebración romana dedicada a la fertilidad que consistía, básicamente, en golpear a las mujeres con látigos hechos de piel de cabras o perros, mojados en la misma sangre de estos animales. Se creía que este ritual les otorgaba fertilidad.
En el año 496, el papa Gelasio I prohibió la celebración de la Lupercalia, que tenía lugar el 15 de febrero, e instauró el 14 como día de San Valentín, patrón de los enamorados. Son muchas las tradiciones que desde entonces han ido asociadas a esta fecha que, todo sea dicho, nunca fue muy popular en España.
El día de los enamorados tiene su origen en la Lupercalia
Cocinar para nuestros seres queridos es una magnífica forma de demostrar nuestro amor hacia ellos, pero no todos somos duchos en materia de cocina y nos puede costar algo tan básico como hacer pollo relleno. Puede que te eche para atrás que el resultado no sea el adecuado, sin embargo hoy en día existen multitud de recetas fáciles y con las que podrás quedar muy bien frente a tu ser querido. Desde unos originales y sabrosos aperitivos, hasta una de aquellas ensaladas llenas de sabor, pasando por un pescado al horno y un buen corte de carne aderezado con la salsa que más os guste. Suena bien, ¿verdad?
Sin embargo, a la hora de planificar una cena romántica no solo tenemos que tener en cuenta la comida en sí misma. Todo lo que la rodea es, incluso, más importante. Una cena perfecta para San Valentín en casa pasa ineludiblemente por un cambio en el ambiente habitual del comedor o de la estancia elegida. Luces, velas, evitación del estruendo audiovisual que desvíe la atención y acercamiento al despertar de los sentidos con olores deliciosos de incienso o esencias sutilmente evaporadas en un quemador. El olfato y la memoria están estrechamente unidos, así que quien se encargue de la preparación de la cena puede buscar provocar en la otra persona un recuerdo con las especias de la comida, la bebida o las esencias quemadas, o directamente con el perfume.
En estos días de frío, también es importante no ser rácanos con la calefacción, apostando por una temperatura que predisponga a la comodidad más absoluta. La música también puede ayudar, pero sin que se convierta, claro está, en la atracción principal.
Tras la cena puede estar bien tomar una copa en el sofá escuchando música o bailar agarrados la leve melodía de fondo dejando que los cuerpos se acompasen y nos lleven a donde quiera San Valentín.