El nuevo videoclip de Rosalía y Rauw Alejandro, 'Vampiros', ha visto la luz hace pocas horas. Y como acostumbra a ser ya una tradición en la artista de Sant Esteve Sesrovires, los escenarios donde transcurre esta nueva canción están en Catalunya. En esta ocasión, de hecho, viaja hasta la ciudad condal para trasladarse a un lugar icónico e histórico de Barcelona: el Bar Marsella, el bar más antiguo de Barcelona. Además, este no es el único espacio que ha podido disfrutar de la presencia de ambos cantantes. La churrería de Marina también aparece en el videoclip, aunque son pocos segundos en comparación con el bar que protagoniza toda la primera mitad de la canción. Un vídeo que, por cierto, ya acumula en YouTube 1 millón de reproducciones.
Rosalía y Rauw Alejandro han publicado su primer EP conjunto de tres canciones, 'RR'. En la primera colaboración nos presentan una crónica sonora que relata su camino como pareja, trazando una hoja de ruta desde su pasado hasta el presente, con indicios sobre lo que les presenta el futuro. Los artistas se complementan a la perfección, así como sus voces, y se fusionan en una química creativa única que solo una pareja podría compartir. En esta obra, los dos cantantes internacionales mezclan sus respectivos estilos para crear una visión original y apasionada que cautiva a los fans.
😋 El bar más antiguo de Barcelona tiene nombre francés (y unas bebidas buenísimas)
Más de 200 años en Barcelona
Picasso, Dalí, Gaudií, Hemingway y van Gogh son algunos de los artistas que pisaron este bar, fundado en 1820 en la capital catalana. Ahora, en esta lista de ilustres, se suman dos artistas mundiales como Rosalía y Rauw Alejandro. Si antes ya eran muchos los turistas que querían pisar este lugar único del corazón del Raval, después de aparecer en este videoclip todavía lo serán más.
Ubicado al C/ de Sant Pau, 65, en sus dos siglos de historia este bar ha dado para mucho. Se encuentra en el cruce entre las calles de Sant Pau y Sant Ramon, en pleno Raval, y mantiene el espíritu bohemio con que nació: del techo todavía cuelgan las luces de la época, hay botellas seculares cubiertas de polvo sólido y las telarañas se ven por todas partes; entrar es hacer un viaje en el tiempo. El interior del local es un museo que mantiene la decoración y la estructura originales.
Para la mayoría de barceloneses y visitantes, el bar Marsella está íntimamente atado al licor de la absenta. Todavía hoy es posible pedir esta bebida de sabor ligeramente parecido al anís pero de altísima graduación. La bebida se hizo especialmente popular en el París de finales del siglo XIX entre los artistas: parece que ayudaba a la inspiración a hacerse presente. Para beberla, hay que seguir todo un ritual: se sirve con una botella de agua, un terrón de azúcar y un tenedor. Solo los más atrevidos sabrán por qué.