La carbonara es uno de los platos más emblemáticos de la cocina italiana, pero a menudo se malinterpreta fuera de Italia. La auténtica receta de la carbonara proviene de Roma, y su simplicidad es lo que la hace única y deliciosa. No lleva crema, ni cebolla, ni ajo, como muchos podrían pensar. Los ingredientes básicos son pasta, huevo, queso pecorino, guanciale y pimienta. Aquí te explicamos paso a paso cómo preparar la auténtica carbonara.
La auténtica receta de la carbonara
Ingredientes esenciales de la carbonara
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Guanciale: Este es uno de los ingredientes clave y es un tipo de carne curada que proviene de la mejilla del cerdo. A diferencia del bacon o la panceta, el guanciale tiene un sabor más intenso y una textura más tierna debido a su alto contenido en grasa. Aunque puede ser difícil de encontrar en algunos lugares, es crucial para obtener el sabor auténtico. Si no lo encuentras, puedes usar panceta, pero el resultado será ligeramente diferente.
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Huevo: Los huevos son la base de la salsa cremosa que caracteriza a la carbonara. No se utiliza nata (crema) en la receta original. Para una porción de cuatro personas, normalmente se usan dos huevos enteros y dos yemas adicionales. Las yemas añaden una riqueza extra a la salsa.
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Queso pecorino romano: Este queso de oveja curado es salado y tiene un sabor fuerte que complementa perfectamente el guanciale y el huevo. A menudo se confunde con el parmesano, pero el pecorino romano es el auténtico protagonista en la receta. Asegúrate de usar pecorino de buena calidad y rallar el queso justo antes de usarlo.
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Pimienta negra: La pimienta negra recién molida es un ingrediente esencial en la carbonara. Se añade generosamente para equilibrar los sabores del queso y el guanciale, y le da ese toque picante característico.
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Pasta: La pasta tradicionalmente usada en la carbonara es el espagueti, aunque también se puede usar rigatoni o fettuccine. Lo importante es cocinar la pasta "al dente", es decir, con una textura firme que mantenga su forma y no se pase de cocción.
A continuación, repasamos el paso a paso para la elaboración. Primero de todo, cocina el guanciale cortándolo en tiras o dados y cocínalo en una sartén sin añadir aceite. El guanciale soltará su propia grasa, que es fundamental para darle sabor a la carbonara. Cocina a fuego medio hasta que esté dorado y crujiente. Posteriormente, prepara la mezcla de huevo y queso. En un bol, bate los huevos y las yemas junto con el pecorino rallado y una buena cantidad de pimienta negra. La mezcla debe ser espesa y homogénea. Ahora, es el momento de cocinar la pasta. Hiérvela en abundante agua con sal hasta que esté al dente. Reserva un poco del agua de cocción para después.
Los huevos son la base de la salsa cremosa que caracteriza a la carbonara
Cuando la pasta esté lista, escúrrela rápidamente y agrégala a la sartén con el guanciale. Fuera del fuego, añade la mezcla de huevo y queso, y remueve rápidamente para que el calor residual de la pasta cocine los huevos, creando una salsa cremosa. Si la mezcla está muy seca, añade un poco del agua de cocción que reservaste. La clave de la carbonara está en el equilibrio: el huevo debe ser cocido solo con el calor de la pasta, pero sin convertirse en una tortilla, y la pimienta debe estar presente sin abrumar. Este plato es un verdadero homenaje a la simplicidad y a la calidad de los ingredientes.