Si hay algo típico de enero, algo que nunca falta en cualquier conversación y que se repite año tras año, eso es la dieta. Ya sea para revertir los excesos navideños o como propósito de año de nuevo, el ponerse a dieta o, simplemente, hablar de ellas, es casi una obligación estos días. Y tan típico es decir que se está a dieta como defender que el pan es lo primero que debe salir de nuestro menú. Error. El pan no es el culpable de tus kilos de más. Ni de que no logres que la aguja de la báscula se mueva (o el número cambie si es digital).
Comer pan todos los días: múltiples beneficios
Y es que este producto tan comúnmente denostado nos puede aportar multitud de beneficios gracias a sus propiedades nutricionales. Una porción de pan contiene hierro, magnesio, potasio, ácido fólico y vitaminas B6 y B2. Tanto la versión blanca como la integral contiene fibra, siendo esta segunda la que aporta una mayor cantidad. Además, el pan es una fuente importante de hidratos de carbono, por lo que proporciona energía.
La cantidad de pan que hay comer
Una vez que tenemos claro y no hay dudas de lo conveniente que es el pan en nuestra dieta, toca desvelar la gran incógnita, ¿cuál es la cantidad ideal? La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere unos 250 gramos de pan dentro de una alimentación saludable y equilibrada. Es decir, que esa cantidad esté en consonancia con el famoso plato de Harvard, en el que la mitad son vegetales y solo un cuarto queda reservado para los hidratos de carbono.
Pero, si llevamos eso a la vida real, estamos hablando de una barra de pan al día por persona. Y aquí no todos los nutricionistas están de acuerdo y son muchos los que proponen rebajar la ingesta, sobre todo en aquellas personas que llevan una vida sedentaria.
La recomendación ideal y definitiva
Si ponemos en una balanza los beneficios, que ya sabemos que son muchos, con los aspectos no tan beneficiosos, como las calorías que suma, la recomendación es comer pan fresco todos los días, pero con moderación. Una aproximación a esa cantidad ideal serían los 50 gramos por comida. Es decir, unas tostadas para desayuno y una rebanada de pan tanto para la comida como para la cena. Así sumaríamos unos 150 gramos al día.
A esta recomendación se suma la de apostar por versiones integrales o panes de calidad. A la hora de establecer requisitos no hablamos de comprar a diario ese con la etiqueta grande de masa madre que se vende a precio de jamón. Hay un largo recorrido entre esa hogaza “de oro” y el “recocido” de la tienda de la esquina que tiene el pan junto a las pilas y los chicles. Elige uno bueno, que te guste y date el gustazo de comer pan a diario sin remordimientos. Ese es el mejor consejo.