Cuando pensamos en tartas de queso, probablemente lo primero que nos viene a la mente es la clásica tarta de queso neoyorquina, rica y cremosa, o tal vez una versión más ligera como la tarta de queso japonesa. Sin embargo, la historia de la tarta de queso tiene raíces mucho más profundas y variadas de lo que se podría imaginar.

Precursoras de la tarta de queso

Existen tartas que, aunque menos conocidas, son las verdaderas precursoras de la tarta de queso moderna, cada una con su propia historia y características únicas.

Plakous

El origen de la tarta de queso se remonta a la Antigua Grecia, donde ya se preparaban pasteles con queso hace más de 4.000 años. Uno de los primeros ejemplos documentados es el plakous, un pastel hecho con queso, miel y harina de trigo. Los griegos consideraban al plakous como un alimento energético ideal, tanto que se servía a los atletas en los primeros Juegos Olímpicos como una fuente de energía. Este pastel era una mezcla de quesos frescos y suaves, que se amalgamaban con miel para crear una textura densa y un sabor agridulce. Aunque no es una tarta de queso en el sentido moderno, el plakous es sin duda una de las "abuelas" de la tarta de queso, un punto de partida en la evolución de este postre tan querido.

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Hay multitud de quesos óptimos para una tarta / Foto: Unsplash

Sambocade

Siglos después, en la Inglaterra medieval, surgió una tarta llamada sambocade, que puede considerarse una de las precursoras directas de la tarta de queso que conocemos hoy. Esta tarta, documentada por primera vez en el libro de recetas medieval "The Forme of Cury", se hacía con requesón fresco, crema y saúco, una flor que añadía un sabor floral delicado. La sambocade tenía una base de masa, similar a las tartas actuales, y se cocinaba hasta que los ingredientes tomaban una textura suave y firme. Aunque el sabor del saúco es inusual para los paladares modernos, la sambocade era muy apreciada en su época, y su combinación de queso y crema establece un claro vínculo con las tartas de queso contemporáneas.

Esta tarta inglesa se hacía con requesón fresco, crema y saúco

Tarta di ricotta

En la Italia renacentista, se desarrolló una tarta que es probablemente la más cercana a la tarta de queso moderna: la tarta di ricotta. Utilizando el requesón o ricotta, que es un queso fresco y suave, esta tarta se enriquecía con azúcar, huevo, ralladura de limón y, a veces, frutas confitadas. A diferencia de las versiones griegas o inglesas anteriores, la tarta di ricotta tenía una textura más ligera y un sabor más refinado, anticipando las características de la tarta de queso actual.

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La ricotta se usa en multitud de recetas / Foto: Unsplash

En la región de Nápoles, esta tarta es todavía muy popular y se sirve en ocasiones festivas. Su influencia en la evolución de la tarta de queso es indiscutible, ya que establece muchas de las bases que luego serían adoptadas por las tartas de queso en todo el mundo.

Estas tres tartas antiguasplakous, sambocade y tarta di ricotta— son verdaderas "abuelas" de la tarta de queso que conocemos hoy. A lo largo de los siglos, han dejado su huella en la repostería, evolucionando y adaptándose, hasta dar lugar a las diversas versiones de tarta de queso que disfrutamos en la actualidad. Conocer estas tartas es adentrarse en una parte fascinante de la historia culinaria, en la que cada mordisco es un viaje al pasado.